Sigo con mi explicación de cómo podría invertirse mejor en la compra de tecnología necesaria para la administración pública federal, basada en la experiencia de algunos expertos quienes tienen clara evidencia de que se ha pagado mucho dinero con pocos resultados en favor del usuario. Por ejemplo, durante el sexenio que está por terminar, la Secretaría de Hacienda pagó alrededor de 88 mil millones de pesos en contratos de tecnología, seguida de la CFE y el Issste con casi 20 mil millones.
El asunto no es reducir la inversión, sino que lo invertido rinda frutos, pues muchas veces se compra a lo wey sin tener claridad de lo que se necesita o si tendrá el resultado esperado. Mis amigos chismosos (MACH) y expertos dicen que esto se solucionaría consolidando la demanda de tecnología de todo el gobierno a través de servicios administrados que permitan reducir el desperdicio de capacidades y recursos. Por ejemplo, la contratación de equipo de cómputo se paga de distintas maneras en diversas dependencias, unos por metro cuadrado, otros por equipo y otros por hora. Obviamente, los precios y los tiempos de contratación varían mucho entre uno y otro.
Lo anterior también podría resolverse al reducir los tiempos de despliegue al aprovechar infraestructuras preinstaladas y con servicios preconfigurados por el proveedor. Pero para potenciar el rendimiento de lo comprado, debería exigirse a los proveedores incluir como parte del contrato una serie de servicios de valor agregado para la dependencia, con lo cual se armaría una especie de beauty contest con el objetivo de que no solo el precio sea el factor diferenciador del ganador.
Sin embargo, en muchas ocasiones incluso no se necesita comprar más tecnología, pues recurrentemente se compran Ferraris para funciones que se cumplirían con vochos, en ese sentido es necesario aprovechar la convergencia de las diferentes tecnologías de información y comunicación que ya se tienen dentro del gobierno. Son propuestas,
ideas de MACH que buscan sumar a la austeridad del presidente electo López Obrador.
IMPI a todo vapor
Al interior del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), que dirige Miguel Ángel Margáin, alistan todos los detalles para la entrada en vigor este viernes 10 de las recientes reformas a la Ley de Propiedad Industrial en materia de marcas.
Esto implica que el Instituto deberá atender los registros de marcas como siempre, pero no solo de nombre, sino que ahora deberán tener los sistemas y mecanismos para proteger marcas olfativas, sonoras, además de las marcas colectivas, marcas de certificación, avisos y nombres comerciales, así como las ya existentes denominaciones de origen y la nueva figura de Indicaciones Geográficas.
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