Quienes desde hace décadas hemos pretendido ejercer una opinión informada en favor de todas las personas que se toman la molestia de buscar nuestros textos debemos reflexionar sobre lo sucedido la semana pasada.
La protesta colectiva de 300 diarios de Estados Unidos ante lo que consideran una campaña de agresión por parte de su presidente Donald Trump me dotó de esperanza al ver el ánimo de los periódicos por recuperar su influencia ante los ciudadanos estadunidenses, quienes se sienten cada vez más alejados de los medios tradicionales y forjan su opinión a través de redes sociales donde pululan la mentira y la estulticia.
La culpa no ha sido de las redes sociales ni de los ciudadanos estadunidenses, la culpa ha sido de los mismos medios que no hemos valorado el poder que ejercen las redes sociales y los influencers nacidos (muchas veces) de una eventualidad, una casualidad, una estupidez o una exposición de sus atributos físicos. Eso sucedió con Hershey’s en México.
En marzo pasado te conté de la campaña de Hershey’s “Hacer el bien, sabe bien”, la cual fue bien recibida por la industria, consumidores, colegas periodistas y por el público en general. Nunca imaginé que una simple campaña con influencers viniera a opacar los resultados de tan loable iniciativa, llegando incluso a un excesivo ataque contra la empresa y Moisés Michan, director de mercadotecnia de Hershey’s en México, quien en todos los encuentros con periodistas ha demostrado ser un tipo claro, decente, erudito y siempre abierto al diálogo franco, serio y respetuoso.
Desde el primer momento de la crisis provocada por la mala campaña, Hershey’s asumió la responsabilidad, aceptó su error y sin tratar de buscar culpables fue sensible a las denuncias de las redes y por ello detuvo la campaña. No tengo empacho en decir que mis amigos de Consultores RP, una agencia de relaciones públicas con bajo perfil, pero con gran experiencia en estas lides, les resolvió gran parte del entuerto gracias a que se han rifado y arrastrado el lápiz en acciones de contención en medios y redes sociales. Ellos, como este rollero, somos comunicadores formados en la academia, pero forjados en la talacha diaria. Comunicólogos que trabajamos con la confianza de que, muy pronto, veremos el despertar de los verdaderos influencers.
Por cierto
El investigador inglés Christopher Snowdon ha sido crítico de los impuestos aplicados a las botanas, dulces, golosinas y bebidas saborizadas; recientemente realizó un estudio sobre los países en donde se aplican dichos impuestos, evidenciando que los países más pobres son los que más pagan estos impuestos. Destaca que no hay evidencia clara en ninguna parte del mundo que permita contar con sólidos argumentos que demuestren que este tipo de políticas fiscales funcionan para reducir el consumo. ¿La solución? Educación y prevención.
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