Hace dos décadas se estrenó en Broadway significó una enorme sorpresa, la cual se multiplicó exponencialmente cuando en el 2004 durante la entrega de los Tony, que premian a lo mejor del teatro en Nueva York, derrotó como mejor musical del año a la gran favorita: Wicked.
Se trata de Avenida Q, una puesta en escena para la que el calificativo irreverente se queda corto, y que ahora, con toda esa irreverencia regresa a la cartelera mexicana en una propuesta realmente estupenda.
Avenida Q es una singular parodia-homenaje a Plaza Sésamo, la famosísima serie infantil, pero trasladada al mundo de los adultos con temas como pornografía, racismo, desempleo, homosexualidad, discriminación, bullying…
Luego de su triunfo en Nueva York, la puesta saltó a múltiples países; al nuestro llegó en el 2008 en un montaje dirigido por Felipe Fernández del Paso, y estelarizado por el hoy famosísimo Luis Gerardo Méndez, acompañado por Mónica Huarte, Martín Altomaro, Mario Sepúlveda, Karla Souza (en un papelito del ensamble) y la talentosísima y siempre recordada Hiromi.
Desde entonces ha habido un par de montajes más, pequeños en comparación con el primero, y que han corrido con una suerte regular.
Ahora, al sur de la ciudad, en un lugar muy atractivo y funcional llamado Caruso concert hall todos los sábados a las 18 horas, Avenida Q vuelve a provocar sonoras carcajadas, a ruborizar a algunas buenas conciencias, y a poner sobre la mesa asuntos que, lo aceptemos o no, siguen siendo polémicos en muchos, muchísimos círculos sociales.
Este montaje es una suma de virtudes que trataré de enlistar brevemente. La primera es la obra misma, escrita por Jeff Marx junto a Robert López, que en medio de una anécdota realmente hilarante, suelta las verdades más duras, con lo que se comprueba nuevamente que la comedia es el camino más adecuado para encajar el bisturí en una sociedad que no quiere verse a sí misma.
A esto hay que agregar un montaje pequeñito, que usa el mínimo de recursos escenográficos, de vestuario, utilería, iluminación… Y no es que no los haya, sino que todos son simples, sólo los verdaderamente indispensables, para centrarse en lo realmente importante: el trabajo actoral.
En ese renglón la puesta tiene un 10 contundente.
Se trata de un elenco joven, muy joven, con un talento maravilloso, para cantar, para actuar, para manejar a los puppets con son los personajes centrales de la trama.
Todos son estupendos, pero me gustaría subrayar el gran trabajo de Michell Amaro (con un doble personaje; brillantes ambos), y Delia Velasco. ¡Qué buenos son los dos!, ¡qué bien cantan! ¡qué bien actúan! ¡qué gran vis cómica!
El resto del elenco lo integran Patricio Solórzano, Daniel Haddad, Ana Pau Marín, Isaac Jarkin, Tatiana Sierra y Diana Ixchetl. Y en el ensamble participan Ana Rebeca, Andrés Yess, Vanessa Loera, Alexis Rivera y Omar Jiménez.
Evidentemente el trabajo de los actores se levanta sobre el talento y propuesta del equipo creativo, integrado aquí por Laura Guzmán, dirección escénica y manipulación de muñecos; Antonio Duque Barrón, dirección musical; Perla Tinoco y Gregorio Portilla, diseño de luces; Oscar Monroy en el diseño sonoro; y la compañía Guzart Teatro, responsable de escenografía, vestuario y construcción de muñecos.
Avenida Q --una muestra del talento joven en el mundo de los musicales—se presenta en Caruso concert hall, ubicado en Miguel Ángel de Quevedo 1144, Parque San Andrés, Coyoacán. El acceso es para mayores de 18 años (16 con supervisión de un adulto). ¡Vale mucho la pena!