Estamos en plena cúspide de la crisis sanitaria y a punto de entrar en la crisis económica y las cifras no cuadran. El gobierno en todos sus niveles está haciendo lo que le permiten los recursos y a veces más que eso. El personal médico ha sido un verdadero dique y ejército de soldados vestidos de blanco. Admirable. La cuestión es que por un lado se anuncian grandes compras, unas mañosas y otras no, pero resulta que los médicos que están en la línea de fuego insisten en decir que no hay suficientes implementos médicos y de protección.
Enfermeras, doctores, laboratoristas, paramédicos y personal de limpieza del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social, alzaron la voz pidiendo a gritos insumos básicos y capacitación para atender pacientes con covid19. Le lanzaron la afrenta al director del IMSS, que “trabaje un día como nosotros, sin protección”.
Esto ya son niveles de desesperación y lo entendemos porque se están jugando la vida. En los hospitales federales en la zona metropolitana del Valle de México “la platicaron muy bonito: llegaríamos a tener mil camas con ventilador”, pero no hay equipos. Faltan 300, afirmaron a los medios, médicos especialistas que laboran en varios de esos nosocomios. Mientras nos dicen por otro lado que tenemos la suficiencia en equipos y camas para atender la situación, cosa que no es cierta.
Encontronazo que se dieron los especialistas en el tema de salud, José Narro, ex secretario de salud y el actor del momento el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, con respecto a las cifras y las condiciones del sistema de salud en el país. Narro señaló que la curva de contagios no se ha aplanado como lo dijo López-Gatell y los contagios se multiplican cada vez más rápido, “Gatell ha mentido y ha transformado la realidad”, dijo Narro. Usted juzgue pero en la realidad y los hechos las cifras no cuadran.
El nuevo intento del Consejo Coordinador Empresarial por modificar la estrategia gubernamental para enfrentar la crisis económica fue rechazado por el presidente AMLO bajo el argumento de la rectoría de Estado y aplica la frase célebre de hace unos días, “no soy florero”, para que un grupo imponga condiciones, que los empresarios y socios asuman las pérdidas si quiebran. Sería inmoral que el Estado rescate empresas, el dialogo seguirá pero no en lo oscurito. Así de fácil, los bateó. Así las Cosas, hasta pronto.