Tres mexicanos resultaron heridos al ser atacados por un hombre desconocido con un arma blanca en Jerash, sitio arqueológico del norte de Jordania. Hasta el momento de escribir estas líneas no se conocía el motivo del ataque y el reporte médico señalaba estables a los heridos.
Se trataba de un grupo de ocho turistas, cinco de ellos de origen mexicano, que sufrieron este atentado, que nos recuerda hechos lamentables como el ataque a un centro comercial en El Paso, Texas, donde fallecieron más de 20 personas.
El hecho de que estos sucesos tan desafortunados se presenten cada vez con mayor frecuencia es una señal de alarma, porque estamos en un momento histórico en donde pareciera que las luchas sociales por la igualdad transitan por un camino plagado de una fuerte intolerancia.
Nuestra sociedad ha ido logrando que la tolerancia sea cada vez mayor, rompiendo paradigmas y quebrando techos de cristal que impedían a sectores vulnerables su completa incorporación a la sociedad.
Desafortunadamente, esto ha generado que algunos sectores reaccionen de manera violenta, incluso con agresiones físicas, como los ejemplos antes señalados.
Algunas de las situaciones tienen un origen xenófobo, basado en discursos de odio que fomentan la discriminación racial y la intolerancia hacia quienes tienen un color de piel diferente, hablan otro idioma o tienen alguna otra creencia religiosa.
De ahí la importancia de que los gobiernos, en todos sus niveles, sean los primeros que eviten la difusión de discursos de odio, toda vez que este tipo de expresiones solo generan polarización y encono social.
La responsabilidad del gobierno es trabajar para lograr la cohesión social, el fortalecimiento del tejido social, y fomentar que desde el seno familiar se inculquen valores que permitan a las nuevas generaciones contar con elementos que les brinden un perfil social más tolerante.
Porque la tolerancia y la inclusión deben ser las premisas básicas de nuestra sociedad, para la construcción de una sociedad que conviva en armonía, en una aldea global que debe ser eso, una aldea donde todos tengamos cabida, sin importar ideologías o creencias, ¿no cree usted? _