Pandemias

  • Peor para la verdad
  • Humberto Zurita Eraña

tampico /

el coronavirus, la epidemia que lleva hasta el momento de escribir estas líneas más de mil 100 muertos, y más de 44 mil casos de infección registrados en China y que tiene como epicentro del brote la localidad de Wuhan y se ha expandido a 341 provincias, nos recuerda que estamos bajo el peligro permanente de la aparición de una enfermedad que tenga potencial pandémico.

En pleno siglo XXI, cuando la transportación tanto de personas como de productos y alimentos alrededor del mundo es permanente, la propagación de enfermedades puede ser mucho más rápida de lo que todos pudiéramos imaginarnos.

En la memoria reciente tenemos el caso de la gripe A H1N1 que en 2009 puso a la Ciudad de México en días completos sin actividades, o la gripe española de 1918 que cobró la vida de más de 50 millones de personas. Ha habido otras enfermedades que han generado pánico, como el Zika o el Ébola, pero que al mismo tiempo han contribuido a generar conciencia entre la población sobre la importancia de contar con medidas preventivas.

De ahí que sea de suma importancia que los gobiernos sumen esfuerzos ante situaciones de riesgo, porque es muy difícil predecir la velocidad que puede tener la propagación de una enfermedad. Las recomendaciones que hacen organismos como la Organización Mundial de la Salud son de vital importancia, ya que permiten que quienes compartimos fronteras o tenemos, como es el caso de Tamaulipas, diversos accesos tanto de tránsito de personas como de entrada y salida de mercancías, asumamos con responsabilidad las medidas que debemos adoptar.

Este tipo de preparativos para afrontar epidemias y brotes de enfermedades se deben considerar entre los planos cotidianos de todos los países, porque el riesgo de una pandemia es permanente y estamos siempre expuestos a esta situación.

En el contexto nacional, la coordinación entre los tres niveles de gobierno debe ser cercana y fluida, porque en un mundo globalizado y tan comunicado como en el que vivimos, este tipo de riesgos de salud colectiva son una realidad.

Eso queda demostrado cuando se reportó un supuesto caso en Reynosa, pero que al realizarse todos los protocolos se pudo determinar que era una falsa alarma, ¿no cree usted? _

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