Ciudades sostenibles, oportunidad de reinvención

  • La teoría del todo
  • Ida Vanesa Medina Padrón

Ciudad de México /

Aunque las ciudades como asentamientos humanos surgieron desde los primeros imperios, fue la Revolución Industrial la que aceleró este estilo de vida y constituyó un hito en el éxodo rural. Desde entonces, las urbes han sido motivo de orgullo y locura, nos perdemos en estos universos de concreto con los que nos mimetizamos. Incluso, forman parte de nuestra identidad.

Un neoyorkino tiene una cadencia distinta a la de un parisino o un bahiano. Hablar de chilangos versus regiomontanos es hablar de dos sentires. Les dedicamos libros, canciones, películas a los espacios que habitamos y, sin embargo, vivimos las ciudades pero también las sufrimos ¿por qué?

En la inercia, cosas fundamentales como la calidad del aire, los espacios verdes, el acceso a fuentes hídricas se van perdiendo. La respuesta de algunos rebeldes ha sido la neoruralidad. A pesar de que el campo es vital y requiere rescate como actividad económica digna, regenerativa y bien remunerada, la desaparición de los centros urbanos no es una solución per se.

Latinoamérica es la región más urbanizada del mundo, es decir, el 80% de la población en nuestros países reside en ciudades, lo que agrega más presión sobre los recursos naturales.

Millones de ciudadanos pululan sin pensar muchas veces en la posibilidad de que es posible retomar el derecho al espacio público limpio, a un ambiente sano, al aire puro, a calidad de vida. ¿Construimos urbes para humanos o para vehículos o para crear números en la economía? Preguntas obvias pero olvidadas.

Si seguimos este hilo, podemos invocar las estadísticas alrededor de las cuidades. Este tipo de asentamientos son responsables del 70% de las emisiones de carbono en el mundo y del gasto del 75% de los recursos, pero a la vez constituyen el 80% del PIB de la economía mundial, según explica la encargada de WWF Ciudades, Jennifer Lenhart.

De acuerdo a los datos de la ONU, más del 55% de los humanos vivimos en núcleos urbanos y para 2050 esta cifra se acercará a dos tercios de la población mundial. En este sentido y en medio del contexto del calentamiento global, la urgencia de reimaginar nuestra forma de vivir es cada vez más prioritaria pero no imposible.

En un ejercicio constante de ingenio, las ciudades pueden ser reinventadas de una forma más sostenible. Ya lo están haciendo varias urbes como Londres, Estocolmo, Edimburgo y Singapur.

El criterio básico para hablar de ciudades sostenibles es tomar en consideración la calidad de vida de los habitantes sin depredar los recursos. Una visión mucho más alineada con la idea de futuro y de igualdad social. No olvidemos que las polis también están expuestas a los estragos ecológicos y las poblaciones de menos recursos son las más vulnerables.

Tampoco es casuístico que la meta 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas sea lograr que las ciudades sean sostenibles. Las urbes son, por mucho, un instrumento clave para cumplir el Acuerdo de Paris con miras a la lucha contra el cambio climático; las cifras descritas en líneas anteriores lo describen.

La fórmula es tomar en cuenta a las personas, el planeta y el desarrollo económico, un trinomio en el que todas las variables tienen igual importancia. Optimización de la energía, movilidad basada en opciones como la bicicleta, el transporte público eléctrico y la regulación de vehículos personales, agricultura a pequeña escala, recuperación y promoción de espacios verdes, manejo de residuos, captación y tratamiento de aguas residuales, son sólo algunas de las soluciones a nuestro alcance.

Estamos a menos de un mes de la COP26, ciudadanos y gobiernos debemos cuestionarnos ¿en qué ciudades queremos vivir? La priorización de la actividad económica sobre el bienestar de toda la vida ya no es una excusa que sea válida en esta coyuntura. Tenemos la opción de co-crear y exigir un mañana más justo y armonioso, no tomemos el patrimonio biocultural por sentado. El futuro se crea hoy.

Ida Vanesa Medina Padrón

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