Deportes extremos

Guadalajara /

La popularidad de los llamados deportes extremos se ha incrementado considerablemente debido a que el ser humano está en constante búsqueda de nuevos retos y experiencias.

No hay una definición precisa del deporte extremo, pero en general, son las actividades que por su naturaleza ofrecen un elevado grado de peligro y riesgo. Los más conocidos son el paracaidismo, salto BASE, bucear por cuevas, ala delta, kitesurf, motocross, escalada, kayak por aguas rápidas, parkur, entre muchos otros.

¿Son en verdad estos deportes más riesgosos que una actividad de la vida diaria?

Basado en un mundo en el que el riesgo forma parte de la vida, se ha tratado establecer qué tan riesgosos son los deportes extremos comparados con los mas populares y con las actividades de la vida diaria.

Se considera que el montañismo de altura tiene una medida de riesgo por escalda muy elevada. De igual forma, se ha encontrado que los saltos BASE son mucho más riesgosos que lanzarse en paracaídas de una aeronave.

En un estudio presentado en 2014, en Estados Unidos, más de cuatro millones de lesiones en un período de 11 años fueron en la práctica de deportes extremos.

Al igual que actividades como bucear, que registra un promedio de 8 muertes por sumersión, en un millón, o correr un maratón, 7 por cada 42.192 metros, la mayoría de los deportes extremos ofrecen un riesgo que puede ser de 10 muertes en un millón por actividad. Se considera que el riesgo de muerte que asumimos cada día por simplemente vivir, es aproximadamente de 1 por millón, cifra que puede variar dependiendo de la edad de la persona.

El número de muertes que promedian los deportes extremos equivalen al riesgo que tiene de morir un hombre de 30 años durante cuatro días de su vida, que se reduce a un día si esa persona tiene 50 años. Subir a una escalera para pintar la casa equivale a un riesgo de morir igual al riesgo al que estamos expuestos diariamente simplemente por vivir.

Lo cierto es que son muchas la variables para determinar los riesgos de sufrir lesiones o la probabilidad de muerte al día, como conducir un automóvil durante 400 kilómetros, rodar 32 kilómetros en bicicleta, esquiar o simplemente subir a una escalera para adornar la casa, pero como ninguna de estas actividades son tan atractivas, o diferentes, ni te llenan de adrenalina y ni están de moda, no es extraño entender el por qué la gente prefiere asumir los riesgos.

A fin de cuentas la principal recomendación para reducir el número de lesiones o muertes en la práctica de deportes extremos, no se debe al deporte en sí, sino a la falta de prevención que asumen quienes lo practican, principalmente los jóvenes, quienes no aplican suficientes medidas de seguridad y descuidan las normas, concentrados en compartir sus hazañas en las redes sociales.

  • Ignacio Cardona
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