Sentirse bien cuando envejecemos

Ciudad de México /

El concepto de bienestar hace referencia al conjunto de cosas que se necesitan para vivir bien, dinero para satisfacer las necesidades materiales, salud, tiempo para el ocio y relaciones afectivas sanas. Se trata de un concepto subjetivo, que puede tener representaciones diferentes en la percepción de cada individuo, dado que el bienestar está íntimamente relacionado con las necesidades y los gustos de las personas. Sin embargo, los seres humanos no siempre sabemos qué cosas nos hacen bien, y esto complica aún más la definición de este concepto.

Para entender esto a fondo, sería necesario ahondar en la mente de cada individuo para encontrar las razones que lo impulsan a inclinarse por un interés en particular y, quizás se descubre que las  que intenta satisfacer a través de estos, no siempre resultan evidentes y podemos asumir que mientras siga por ese camino, no alcanzará el bienestar ya que no siempre vemos con claridad nuestras emociones y necesidades y es probable que nuestra idea de bienestar no sea otra cosa que una trampa que nos cause malestar y angustia si no logramos conseguirlo.

Por otro lado, el envejecimiento es un proceso de deterioro que acontece en todo ser vivo con el paso del tiempo y está condicionado a la interacción de la expresión genética particular y su medio ambiente.

Es difícil determinar cuándo empieza el envejecimiento. Desde el punto de vista biológico, se considera, en lo general, que se inicia a partir de la cuarta década de la vida. Desde el punto de vista cronológico, la Organización Mundial de la Salud ha establecido la edad de 60 años para denominar al adulto mayo aunque en la mayoría de los países desarrollados es a los 65, atendiendo más a un contexto relacionado con logros socio-laborales, sin tomar en cuenta el grado de envejecimiento.

Fisiológicamente, la mayoría de los efectos atribuidos al envejecimiento son el resultado de un estilo de vida sedentario, más que por el mismo proceso. Los seres humanos y otros animales disminuyen espontánea y gradualmente su actividad física conforme van envejeciendo. Así, las modificaciones funcionales y de calidad de vida relacionadas directamente con el envejecimiento en épocas pasadas no se observan, o se manifiestan en menor grado en quienes realizan ejercicio regularmente. No todas las funciones se afectan por igual; la resistencia física se conserva mejor que la velocidad o la potencia.

Desde un punto de vista de la salud el bienestar es un estado o dimensión integrada, el bienestar está ligado a la relación estado de salud- estilo de vida y la calidad de vida está ligada al estado de salud. Por lo tanto, este estado es inestable. En cualquier momento podemos cambiar de percepción de sentirnos bien, ya sea por situaciones internas o externas o porque súbitamente se modifique nuestro estado de salud.

Hay demasiada evidencia científica que demuestra de forma contundente que, en comparación con los adultos mayores menos activos, hombres y mujeres, las personas mayores físicamente activas: viven mas y mejoran su estado de salud físico y mental.

Cuando se envejece el concepto de bienestar cambia y lo que se busca es más que sentirse bien, es el estar bien.

Ignacio Cardona

  • Ignacio Cardona
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