…Claramente tener una gobernadora (sic) nos trae ilusión de una alternativa, sin la cual no podríamos soportar la realidad del cambio climático, y los niveles de violencia (…) y de vivir en un país en el que asesinan impunemente a once mujeres al día…
*Irmgard Emmelhaniz (escritora e investigadora)
Con las modificaciones a la ley que impactan a la estructura orgánica estatal realizadas la semana anterior y con los nombramientos de quienes integraran el gabinete de la primera gobernadora electa, se confirma que el IMUG, Instituto estatal de las mujeres, permanecerá como en los últimos sexenios panistas, no será materia de modificación estructural ni orgánica, no cambiará su posición política, su condición de (no) funcionamiento se mantiene, no será una Secretaría, no al menos este primer año del denominado un nuevo comienzo. Como si en Guanajuato pudiéramos seguir perdiendo tiempo para adolecer de una política pública para el avance de las mujeres y la prevención de la violencia, ¡un año fiscal perdido!, uno más.
En franco contraste, lo que este nuevo gobierno sí creo fue la Secretaría de Derechos Humanos, que entre otras subsecretarias considera la relativa a la atención a las personas de la diversidad sexual y de género, otra más para la población indígena y afrodescendiente, etcétera. Una ruta que anticipa, en el escenario actual de las cosas, desdibujar lo apremiante que resulta atender la violencia, la precariedad, la desigualdad, la discriminación que atraviesa a las mujeres y niñas en Guanajuato, premisa elemental, haciendo lo mismo los resultados no cambian. No se trata de una competencia de agendas públicas. En un estado de desigualdad todo es importante en sus dimensiones históricas y presentes, lo que resulta evidente es que no hubo voluntad política para entender en esta dimensión lo que esta ocurriendo con las mujeres, ¡a los hechos!
Como parte del mensaje de continuidad de lo ya conocido, en la titularidad de esta dependencia fue nombrada Itzel Balderas Hernández una militante panista con mayores méritos partidistas que los que puede acreditar en materia de derechos humanos de las mujeres y niñas, en la presentación de su perfil curricular se puede leer como cartas credenciales “…como Diputada federal …se desempeñó como secretaria de la Comisión de Igualdad de Género, impulsando una legislación a favor de las mujeres…”. Llama la atención que la apertura que hubo en otros espacios de designación para perfiles no panistas no aplicó para el IMUG donde se privilegió militancia sobre trayectoria en área de designación, regla no escrita y vigente para este espacio institucional que poco parece importar. Una vez más, un nombramiento para cubrir espacios por compromisos de campaña, lo demás puede esperar, incluidas las demandas de las mujeres.
Un gobierno paritario, el primero de la historia en Guanajuato, el hecho no es menor, un avance, pero se mantiene deudas en perfiles eso también debemos de nombrarlo. De forma específica reitero lo relacionado con la titularidad del IMUG.
Una candidata, hoy gobernadora electa, que se mostró dialogante, con apertura y disposición de escucha con organizaciones y colectivas feministas y de mujeres durante su campaña es evidente no recurrió a ellas para escucharlas en propuestas de un nombramiento clave, si consideramos que para la gobernadora electa no resulta desconocida la distancia preexistente de esta instancia con integrantes y activistas de sociedad civil difícil resulta pensar que de forma deliberada decidió ignorar este escenario y por el contrario ahondar en él. El IMUG no es referente, no lo ha sido, no es ese espacio de diálogo e interlocución con los movimientos y actoras, en el nuevo comienzo la posibilidad de proponer un liderazgo con legitimidad y solida estructura era, es, una oportunidad para transitar a nuevas posibilidades de agendas y políticas con participación de las mujeres, en plural.
En este escenario de confirmaciones, el IMUG aún y con la primera mujer gobernadora permanecerá en ese débil espacio satelital donde ha sobrevivido los últimos tres sexenios, y cuya condición institucional precaria ha impactado de forma negativa en el alcance de cualquiera de sus acciones. Haber propuesto modificaciones al IMUG era el mensaje político y simbólico que pudo ser potente, se trataba de visibilizarlo, de dotarlo de la fuerza técnica, política y presupuestal para dar frente al tamaño de las exigencias que demanda el violento contexto para las mujeres. El mensaje era y es que cuando las mujeres llegan a los gobiernos se cambian las realidades de las mujeres, no solo de ella o algunas allegadas, de muchas de todas las mujeres, este gobierno, ¿desde que espacio pretende potencializar la agenda de políticas públicas afirmativas y su transversalidad?
Una dependencia que no se ve, y no se escucha. Una dependencia que enfrenta el reiterado señalamiento público por inacción y omisión ante el incremento, sin precedentes de la violencia familiar, violencia feminicida y desapariciones de mujeres y niñas. Una dependencia que desde hace meses y ahora mismo, tiene la importante tarea de ser interlocutora en la mesa de trabajo donde se continúa analizando, en su caso, la declaratoria por violencia de género y cuyo resultado seguramente será materia de atención del nuevo sexenio que esta a días de comenzar.
Este primer mensaje que podemos leer del nuevo gobierno resulta desconcertante y contrastante con el discurso reiterado de una mujer política que en distintos momentos de su trayectoria se ha mostrado comprometida con una agenda feminista e incluso asumiendo posiciones disruptivas y transgresoras con su partido y otras oposiciones. No solo es la primera mujer gobernadora ¡es Libia Dennise!, una mujer en quien contamos con elementos sólidos para generar expectativas de cambios relevantes, sustantivos y de fondo, de ahí que me surjan algunas dudas que sé con compartidas con muchas compañeras que ayer mismo me compartían su desconcierto al conocer del nombramiento y ausencia de modificaciones.
¿Por qué la primera mujer gobernadora, cuya campaña tuvo importantes contenidos de compromisos a favor de las mujeres decidió no intervenir en este nuevo comienzo el IMUG? ¿Por qué desperdiciar esta oportunidad para dar contenidos significativos a su slogan nuevo comienzo? ¿Puede haber nuevo comienzo sin espacios gubernamentales sólidos para las mujeres? ¿Cómo debemos de interpretar este no hacer, este no decidir y este mantener nombramientos sin perfil en una materia motivo de importantes exigencias y demandas?
Sin duda, en tiempos de mujeres hay oportunidades que no tendrían que ser desperdiciadas en la urgente recomposición social, una de ellas, el establecimiento de nuevas relaciones consensuales entre las mujeres, ello incluye a la gobernadora como participante en espacios horizontales. Ello incluye a perfiles como Libia Dennise que tiene en sus manos la oportunidad histórica de hacer cambios significativos en las formas de gobernar, de ejercer el poder, generar alianzas con otras mujeres y las causas que nos unen.
Gobernadora, reconozco tu inteligencia y determinación, seguiremos esperando y exigiendo esos espacios institucionales sólidos que quedaron en deuda en este inicio del nuevo comienzo, no puedes ni debes fallarnos.
No se trata únicamente de tu condición de mujer lo que deberá destacar esas diferencias al ser la primera, se trata de la trayectoria que tú misma has ido construyendo y que seguramente, tendrá continuidad más allá de esta gubernatura.
Libia Dennise, eres ya la primera gobernadora electa, falta ver que seas la primera mujer gobernadora que no seas simuladora de realidades y gobiernes con esa independencia que nos inspire a todas las demás a acompañarte en el camino.