hace un par de días, el 21 de julio, cumplí 53 años de edad y puedo decir, con mucha alegría, que cerré un ciclo de vida y abrí otro.
De forma consciente, un día anterior, me di cuenta de los bloqueos, que yo misma me imponía y llegué a la conclusión de cambiar lo que yo creaba de manera inconsciente y me afectaba de forma negativa.
Fue un acto de valoración, de amor propio, de tumbar creencias, que había creado; ya que al estar disponible, todo el tiempo, no importando el día, la hora o el lugar, en ese momento, estamos generando: la falta de valoración.
Uno mismo la genera.
También se presenta cuando pensamos: espero que el otro cambie. Las personas no van a cambiar, quién cambia es uno.
Y en el caso de la búsqueda de la aprobación, uno de los tantos síntomas, es el poner a otras personas primero; he conocido a personas muy inteligentes, nobles de corazón, que no saben decir no, por temor a no ser aceptados, siendo presa fácil de personas que los utilizan.
Y sé que al leer, podemos decir, a mí no me pasa eso, más veamos la causa-raíz de los errores en nuestras vidas, sin juzgar, con amor y comprensión, de forma tranquila y en paz, entonces nos daremos cuenta, de las oportunidades que hemos dejado pasar. Por estar “casados” con una idea, que no nos llevó a crecer.
Hoy en día estoy convencida, de que no puedo cambiar el pasado y con las acciones diarias, si puedo cambiar el futuro.
Cada día es una oportunidad y lo único constante es el cambio, si no me adapto a las nuevas condiciones, me estanco.
El aprendizaje fue soltar a aquellas creencias, que nos llevan a un estado de sentirnos insatisfechos.
Observemos nuestro día a día y aprendamos a dar y recibir, ambas, van de la mano, en el momento que se rompe el equilibrio, busquemos otra vez, rectificarlo.
Al final, cuando pasa el tiempo, todo se acomoda, las relaciones sanas se quedan y las que no lo son, se van, lo más importante, es el ver la reciprocidad del saludo, el agradecimiento y el cariño.
Y cerraremos un ciclo, dando gracias al día de ayer que se convirtió en el pasado y dando gracias al día de mañana, que se convierte en la esperanza. Más agradeciendo el día de hoy, al Creador, por la oportunidad de estar vivos. _