"Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor
en la hierba,
de la gloria de las flores
no debemos afligirnos
porque la belleza subsiste
siempre en el recuerdo…"
William Wordsworth en su poema Oda a la inmortalidad, muestra la gloria de un momento y la forma en que la belleza permanece, a pesar del transcurso del tiempo.
Y cuando pasan los años y vemos, en que se ha convertido la vida, la satisfacción nos lleva, a observar la belleza.
Igual pasa con las personas, cuando ya no están, tendemos a tomar lo mejor y recordar sus mejores horas, la risa, los chistes, incluso, los que no fueron buenos, bajo la lupa, de ver y extrañar, que nos lleva a sacar lo mejor, del tiempo que compartimos.
No puedo negar, que la nostalgia, es una trampa, para quedarse, un rato, sentados, en el pasado, sin embargo, da un aprendizaje, el tomar lo mejor, de lo que vivimos.
Hay una película, que me encanta, es del director Woody Allen, Midnight in Paris, donde el personaje, cada noche, tiene un viaje a la época, que añora y obtiene información, que lo lleva a reflexionar sobre su vida.
La reflexión lleva al protagonista, a decidir vivir su vida, en el tiempo presente, eligiendo cambiar de residencia y de planes.
Al darnos la oportunidad de viajar al pasado, en los pensamientos, nos permite analizar, lo que hicimos y como lo pudimos haber hecho mejor.
No cabe duda, es un viaje personal y con responsabilidad, es un viaje con boleto pagado, de ida y vuelta.
No nos podemos quedar estancados, si no todo lo contrario, al paso de los días, se ve todo, con mayor claridad y con mayor razón, al paso de los años.
Y es fascinante, el ver cómo todo se acomoda, existen situaciones, que al verlas de lejos y con madurez, impresiona la forma en que todo toma su lugar, como un rompecabezas bien armado.
Cada cumpleaños, es una oportunidad de festejo y de compartir, se cierra y se abre un nuevo ciclo, con la esperanza de mejorar e incluso corregir, los errores realizados, durante el trayecto.
No nos podemos arrepentir, de lo vivido, cada acción tuvo consecuencias convirtiéndose en experiencia y el flujo de la vida, nos lleva por inercia, empujando con fuerza.
Puedo decir: Deja que la vida te empuje…
Que siga su curso y al ver en perspectiva, nos percatamos, que las decisiones, los momentos importantes, las citas, incluso los caminos cerrados, nos condujeron a otros lados, que incluso, son mejores.
Lo que podemos hacer, es no resistirnos, cambiar de ruta, cuantas veces sean necesarias, explorar nuevos horizontes y detenernos, a observar el paisaje y disfrutarlo.
Todo depende de la actitud, de la comprensión y el respeto, para no dejarnos llevar por espejismos y perder la oportunidad de aprovechar, como dice el poema, "la gloria de las flores".
Y vienen a mi memoria, las canciones de Serrat, que compartieron conmigo, mi juventud, creando sueños y rebeldía, que me servían de inspiración, pero no nada más fui yo, fue toda una generación, que compartimos sus cantos y nos llenamos de sueños...
Y, sin embargo, el tiempo pasa y nos confronta, con la realidad, que ha cambiado, a tal velocidad, que nos invita, a hacer un alto y observar, la forma generosa, en que nos trata la vida.
"Porque la belleza subsiste…"