Lamentablemente la pandemia ha trastocado a las economías a nivel mundial bajo un escenario que nadie podía predecir. Esto afecta los flujos económicos en todos los renglones como la inversión, el turismo y el comercio exterior, por mencionar algunos.Esto ha implicado que los planes y programas gubernamentales anunciados en noviembre de 2019 con la IP no tengan los entornos apropiados para concretarse.
Si bien es cierto que el primer año del actual gobierno tuvo resultados muy pobres, pareciera que el escenario para el 2020 iba a ser bastante favorable con un T-MEC recién aprobado y otras variables económicas como pilares, pero no teníamos idea en esa visión de la pandemia del covid-19.
Bajo este escenario se tuvo que modificar de forma sustancial, aunque no cancelar el plan original, por lo que el lunes 5 de octubre se firmó otro convenio de colaboración entre la IP y el sector público, anunciando una inversión de 297,344 millones de pesos que se quedará, en caso de concretarse, un 31% por debajo de la comprometida en ese entonces que era superior a los 431 mil millones de dólares.
Lo que la IP pide no solo en México sino en el mundo es un Estado de derecho que genere certidumbre y transparencia, unidad entre gobierno y empresarios ya que ambos son mutuamente necesarios pues la inversión privada representa nada más y nada menos que el 87% del total de la inversión en el país.
Por ello no entiendo por qué el Presidente se levanta cada mañana con el ánimo de clasificarnos como liberales y conservadores, o de izquierda y de derecha o fifís y pueblo bueno. ¿A quién demonios le importa eso, señor Presidente? Todos somos mexicanos y mexicanas bien nacidos que amamos a este país. Hagamos todos un solo México y caminemos juntos.