La bonanza que vive la industria automotriz de China se traduce en el cierre de fábricas, recortes salariales y subcontratación en Volkswagen, el gigante alemán del que dependen marcas como Audi, Porsche, Lamborghini, Bentley y Ducati.
Nada nuevo: los problemas de la empresa se endosan a los trabajadores, muchos de ellos perderán puestos de empleo hasta ahora considerados seguros, y otros verán disminuidos sus salarios hasta en 10 por ciento y no los verán aumentar ni en 2025 y menos en 2026.
La medida había sido mantenida en reserva por el consorcio automotriz que durante septiembre pasado echó abajo un acuerdo que desde 1994 protegía a sus trabajadores de los despidos. El acuerdo tenía vigencia hasta 2029.
El apretón que a sus finanzas da Volkswagen busca ahorrar unos 4 mil millones de euros, según información publicada el lunes por Handelsblatt, periódico especializado en temas económicos.
¿Cómo?, pues cerrando, en principio, tres de las diez plantas que el grupo tiene en Alemania y eliminando miles de los 300 mil puestos de trabajo que tiene en ese país. Y aunque muchas de las decisiones erradas que han tomado los altos ejecutivos de la empresa están entre las razones de este nuevo plan, lo cierto es que a Volkswagen producir le cuesta dos veces más que a las plantas de la competencia… de China.
De acuerdo con información difundida por medios alemanes la caída de las ventas de Volkswagen en China ronda el 20 por ciento, y a ello se agrega el empuje con el que viene la firma BYD que busca instalar una planta en México.
El tema no es sencillo: Daniela Cavallo, presidenta del Comité General de Empresa, dijo el lunes que “desde hace más de un año, el Consejo de Administración no nos ha proporcionado los objetivos para la marca principal (…) y los recortes no pueden justificarse si no hay objetivos concretos”.
El cierre de las tres plantas automotrices necesariamente significará un reacomodo en las que el grupo tiene en los demás países, entre ellos, la del municipio de Cuautlancingo, en el estado de Puebla.
Al Margen
Una interpretación fácil nos podría llevar a pensar que el cierre de las plantas en Alemania supondrá que se abrirán nuevas plazas de trabajo particularmente en Puebla. No debemos pasar por alto, sin embargo, que como toda empresa Volkswagen busca mano de obra barata en todo el mundo. O sea: podría haber más trabajo, sí; pero nada garantiza que no sean precarias las condiciones que se impongan disfrazadas de oferta.