Sin palabras

Jalisco /

El 29 de junio de 2007 marcó un antes y un después en el mundo de los teléfonos móviles. Ese día Steve Jobs presentó su iPhone que evolucionaría los móviles. Ese innovador aparato cambió la vida de la humanidad.

En octubre de 2001 se lanzó al mercado el iPod. Sin embargo tenía sus días contados ya que empezaban a surgir teléfonos inteligentes producidos por diferentes empresas. Jobs identificó el impacto negativo que tendría en Apple esa tendencia y desarrolló el iPhone.

El lanzamiento al mercado del primer iPhone transformó la industria de los celulares como la conocíamos hasta entonces y los hábitos de comunicación, información y entretenimiento de la gente.

El iPhone ha contribuido notablemente a la comunicación empresarial y al desarrollo de los negocios. Pero no todo ha sido bueno. Con él surgió una nueva especie humana llamada homo-ciberneticus. Hoy los niños, adolescentes y adultos se han convertido en Zombies del iPhone, Tablets, Facebook, Instagram, Whatsapps y la recientemente surgida X. Con ellos intercambian sandeces de toda índole en un claro aislamiento llamado autismo cibernético, “padecimiento” que afecta a la gente de todas las edades y niveles socio-económicos y culturales en los cinco continentes.

El autismo cibernético vulnera la interrelación personal, la convivencia familiar, la autonomía, la autoestima, la solidaridad, la cultura... El iPhone ha transformado una sociedad donde se eliminaron las palabras, ahora éstas se substituyen con el ciberlenguaje que surge mediante la comunicación virtual en el iPhone y otros dispositivos electrónicos conectados a internet.

 El ciberlenguaje se caracteriza por el uso de abreviaturas para que los mensajes sean breves y rápidos. El surgimiento de las abreviaturas se dio porque las “palabras completas” resultaban largas en esos aparatos. Hoy, a las abreviaturas les incluyen emoticones para expresar sentimientos y emociones. En otras palabras… las palabras salen sobrando.

 

Colofón

El ciberlenguaje permite enviar una gran cantidad de mensajes sin palabras. Además, valiéndose de  emoticones, transmite ideas y sentimientos de una manera impersonal, sin recurrir a las palabras con las que otrora componíamos canciones románticas y escribíamos poesía.


  • Jaime Marín
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