Jaime Muñoz Vargas
  • Senectud en éxtasis

    Todavía en la década de los cuarenta veíamos películas en las que Pedro Infante parecía de cincuenta años y contaba con menos de treinta, o Sara García, que cuando filmó Los tres García tenía apenas 55 ya se perfilaba para emblema incuestionable del
  • Cocina de Vargas Llosa

    Ahora, tras su muerte, son legítimos todos los elogios, las críticas en contra principalmente por sus posiciones políticas y aún los ninguneos basados en extrañas nociones de calidad y perduración literarias.
  • Biblioteca mínima: un librito total

    Pero Biblioteca mínima no se queda allí, pues suma al costado de cada texto la portada también imaginaria de cada libro.
  • Rasgo de la genialidad

    Mucho se puede decir sobre el genio y sus obras. Por supuesto, lo primero que podemos hacer para sospechar o confirmar la genialidad está en los productos consumados: una sinfonía de Beethoven, un cuadro de Velázquez o un libro de Víctor Hugo
  • Rasgo de la genialidad

    Busqué una pieza de Pavarotti en un escenario de los muchos que pisó y otra vez me dio la impresión de que su arte tocaba lo más alto de la perfección mientras a él no se le notaba mayor esfuerzo, como si su grandeza no costara ningún trabajo.
  • Mátenlos en caliente

    En resumen, una escena de la vida real ideal para el morbo, la risa y el asombro de las redes sociales siempre ansiosas de enganchar con materiales fílmicos que rompan la modorra.
  • Trato de borrador

    En cuanto a lo publicado, hay escritores que releen y corrigen, y hay otros que prefieren olvidarse por completo de volver a las páginas ya puestas en circulación.
  • Microficciones de Gabriela Aguilera

    Libro con apretada unidad de forma y contenido, Astillas de hueso (Ediciones Sherezade, Santiago de Chile, 2013, 98 pp.), de la escritora chilena Gabriela Aguilera, es una densa incursión narrativa por el horror de la represión y la tortura.
  • Complejidad de los personajes

    En la medida de lo posible, y lo posible en este caso siempre es muy posible, los personajes deben estar atravesados, como en la vida real, por sentimientos contradictorios, confusos.