México se convirtió en un muro de contención para impedir que los migrantes provenientes de Centroamérica, Sudamérica y de otros continentes dejen de pasar hacia Estados Unidos, ante lo cual, se está registrando una presión, principalmente, en la zona de Chiapas.
Con el objetivo de contrarrestar el paso de los transmigrantes que están buscando llegar a la frontera norte, elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional realizan operativos de detención.
Son cientos o miles los migrantes que buscan salir de Chiapas ante las complicaciones que enfrentan y la desesperación que sienten por lo tardado de la resolución de sus trámites de regularización migratoria y refugio en estaciones migraciones mexicanas.
La organización civil laica y sin fines de luco Sin Fronteras denunció que durante los operativos de las autoridades mexicanas se están presentando abusos contra los transmigrantes como uso excesivo de la fuerza contra mujeres, niñas y niños.
En medio de la espera y la desesperación, se están formando caravanas de migrantes, conformadas por originarios de países como Honduras, El Salvador, Haití, Venezuela, y Guinea Ecuatorial.
Hombres, mujeres, familias, niñas, niños y adolescentes y mujeres embarazadas ya decidieron dejar las estaciones de Tapachula, en Chiapas, con el objetivo de que se resuelva su situación y puedan permanecer en México.
Al menos, en cuatro ocasiones, las autoridades mexicanas ya detuvieron los intentos de cruzar el territorio para llegar hacia Estados Unidos en busca de un mejor nivel de vida y mejores condiciones a las que imperan en sus lugares de origen.
Ante las agresiones y la violencia que se pueda presentar, organizaciones no gubernamentales hace un llamado para que se deje de usar esa fuerza contra los trasmigrantes que solo están pidiendo mejores condiciones para vivir. Sin duda que, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNCH) ya está realizando investigaciones y revisando lo que está sucediendo en el sur del país.
En medio del clima de dificultades que enfrentan los migrantes, el sacerdote Alejando Solalinde, no solo hizo un llamado para brindarles apoyo, sino propone que se desarrolle un Grupo de Apoyo que oriente y escuche a quienes desean llegar a Estados Unidos.
La solución al problema migratorio, como lo propone Solalide, no es colocar retenes e impedir que quieran cruzar el territorio mexicano, sino atenderlos y buscar opciones para que mejore su calidad de vida. Al final, todos somos seres humanos y tenemos el derecho a una vida libre de violencia y de oportunidades.
jaime.zambrano@milenio.com