Ante los cambios de temperatura, inundaciones, sequías y falta de agua, la migración climática comienza a convertirse en el presente y en unos 30 años se agudizará ante las nuevas necesidades de la población.
Por ah ora, reunirse con la familia y buscar trabajo, se colocan como las principales razones para migrar en estados como Puebla, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía; sin embargo, en unos años, los efectos del cambio climático se podrían colocar entre las primeras razones para pensar en un nuevo lugar de residencia, ya sea en el propio estado o en alguna otra parte del país.
La inseguridad ya aparece como una razón para migrar en uno de cada 20 casos; mientras que los desastres naturales se colocan como el principal motivo para dejar el hogar actual en uno de cada 200 casos. Sin duda que, si continúa aumentando la inseguridad y crecen los efectos del cambio climático, estas dos razones podrían colocarse en los primeros lugares entre los factores que causan la movilidad de las personas.
Estudios del Banco Mundial revelan que el cambio climático podría provocar el desplazamiento de millones de personas dentro de sus respectivos países para el año 2050, es decir, en unos 27 años y advierten que se presentarán zonas críticas de migración interna.
Si las proyecciones del Banco Mundial se cumplen, en Puebla, la Sierra Mixteca se coloca como el punto más vulnerable. La región de Izúcar de Matamoros y Acatlán está llamada a seguir siendo abandonada por la población ante un posible aumento de la temperatura, agudización de los problemas relacionados con la falta de agua y las complicaciones para la siembra de cultivos.
La Sierra Mixteca es una zona expulsora de migrantes y los efectos del cambio climático provocarán nuevas olas de salida de personas en busca de mejores condiciones de vida, tanto en otros puntos del estado y del país como hacia alguna ciudad de Estados Unidos.
Ante la situación actual, es necesario que en el país y en estados como Puebla, se impulsen acciones encaminadas a contrarrestar el cambio climático y una alternativa puede ser la llamada bioeconomía social que busca el empleo de recursos, procesos y métodos biológicos para proporcionar bienes y servicios de forma sostenible en todos los sectores económicos. Vale la pena intentarlo.