Migrantes, víctimas de secuestros

  • Desde el biopoder
  • Jaime Zambrano

Puebla /

En su paso por México, los migrantes suelen ser víctimas de diferentes violaciones a sus derechos, uno de los más graves es el secuestro por parte de grupos de la delincuencia organizada que actúan en diferentes partes del país.

Las historias que narran los migrantes pueden variar, sin embargo, en todas se habla de que sus propios compatriotas, hondureños y salvadoreños, participan en las bandas delictivas que los privan de la libertad.

A veces, los secuestradores son dirigidos por mexicanos; mientras que centroamericanos ocupan las funciones de "ganchos", es decir, se dedican a atraer a los migrantes que van hacia Estados Unidos.

Cuando un migrante ve a uno de sus compatriotas en territorio mexicano, se acerca para pedirle una orientación, pero al darse cuenta que ya forma parte de algún grupo delictivo, aparece un sentimiento de desilusión y desesperanza.

"Casualmente, fueron los mismos paisanos de nosotros los que están haciendo eso. Tal vez alguno se tocó la conciencia. Nos dijeron: si los volvemos a ver acá los vamos a matar. No vuelvan, no regresen"p, recordó Orlin, un migrante originario de Honduras que pasó por Puebla y que se dirigía hacia Estados Unidos.

Los relatos de los migrantes que pasan por la angelópolis revelan que miles de indocumentados desaparecen al ser víctimas de homicidios, secuestros, violaciones y agresiones físicas.

A pesar de lo peligroso que es el viaje, los migrantes buscan continuar su camino para alcanzar su sueño y poder ayudar en la economía familiar. Desde que entran al país, los migrantes son testigos de actos de corrupción de las autoridades de los tres niveles, quienes en complicidad con grupos delictivos, establecen cuotas de hasta 100 dólares para tener acceso a los vagones de los trenes.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) mantiene un monitoreo de las violaciones a las garantías de los migrantes y en sus informes se documentan secuestros de migrantes a manos de bandas delictivas, y los abusos relacionados con ellos.

El problema es mayor para México y pese a que se pretende ocultar, en la realidad, todos los días se cometen abusos contra los migrantes que solo buscan una oportunidad para mejorar sus ingresos, aunque esté en juego su vida.

jaime.zambrano@milenio.com

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