La agenda política de 2022 será sin duda intensa. En el plano nacional, a más tardar el 4 de febrero, el INE debe resolver si la Consulta para la Revocación de Mandato va a proceder o no; y, en todo caso, efectuarse el próximo 10 de abril. Entre tanto, lo más seguro es que el conflicto con el INE continúe: ya sea por los criterios que se traten de imponer para su realización, como porque la FGR debe decidir si se desiste o no de la acción penal contra siete de los integrantes de su Consejo General, o por la iniciativa de reforma político-electoral que presentará el Presidente de la República y/o su partido.
Además, a partir del 1 de febrero habrán de discutirse en el Congreso de la Unión las reformas en materia eléctrica y de la Guardia Nacional; y en abril también iniciarán las campañas para las gubernaturas en seis estados de la República.
En lo local, el plazo para solicitar la revocación de mandato del gobernador del estado inició el 7 de diciembre del año pasado, y la recolección de firmas vencería el próximo 7 de marzo. Seguramente este proceso se judicializará y en tribunales se decidirá si aplica el 3 por ciento de firmas establecido en la Constitución de Jalisco o el 10 por ciento de la Constitución federal. También es de preverse continúe la disputa entre el Gobernador del Estado y sus aliados en el Congreso Local con la Universidad de Guadalajara, así como la confrontación con medios de comunicación.
Ante los conflictos existentes y los desafíos por venir, conviene preguntarnos si los actores–tanto federales como locales- poseen los atributos y cualidades necesarias para hacerles frente como políticos profesionales que debaten en público , y no como “grillos” que “operan” en corto.
Para Max Weber, el político debía tener “pasión, sentido de responsabilidad y mesura (…) la política –decía- se lleva con la cabeza y no con otras partes del cuerpo o del espíritu. Jesús Reyes Heroles –inspirado en aquél– sostenía: “el político debe tener las tres “C”: corazón, cabeza y carácter. Les recomendaba: “tengan el corazón ardiente, pero no la cabeza caliente. El panteón político está lleno de cabezas calientes”.
El 2022 exige que nuestros políticos hagan política, no grilla; utilicen más la cabeza, menos el corazón, y salvo raras excepciones, el carácter.
Javier Hurtado