Pobre Tlaquepaque… “tan lejos de Dios y tan cerca de políticos voraces (y del Cardenal)”: Primero, el tutelaje político que por más de cuatro décadas del siglo pasado ejerciera sobre el municipio Don Luis Álvarez del Castillo; luego el cacicazgo de Don Pancho Silva y su sobrino Porfirio; después el de Salvador Orozco Loreto, que fue desplazado por el de Alfredo Barba Hernández y sus hijos; en la alternancia, la influencia de los hermanos Cortés Berumen. Ahora, con el discurso del feminismo tratan de convertirlo en nuevo coto de poder, como antaño lo hicieron con el del obrerismo.
El jueves pasado el Tribunal Electoral de la Federación anuló la elección del 6 de junio y el Congreso del Estado nombró un Concejo Municipal encabezado por el esposo de la alcaldesa interina e integrado por funcionarios de la administración saliente, violentando la prohibición establecida en el Artículo 75 de la Constitución de Jalisco. Luego, el Congreso –con base en el Artículo 32 del Código Electoral, que contraviene el 76 Constitucional– expide una convocatoria cuando –en el caso de elecciones extraordinarias de ayuntamientos– le corresponde hacerlo al Instituto Electoral del Estado.
Adicional a esas dos violaciones, la convocatoria –con el evidente interés de beneficiar a la candidata ganadora del proceso anulado– establece que en la elección extraordinaria solo podrán ser electas mujeres, afectando el derecho a votar y ser votado de los ciudadanos, incurriendo en una evidente inconstitucionalidad.
Además, contraviene el Artículo 24 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales que establece: “Las convocatorias para la celebración de elecciones extraordinarias no podrán restringir los derechos que esta ley reconoce a los ciudadanos y los partidos políticos”; el 33 del Código Electoral del Estado que además señala que dichas convocatorias no podrán “alterar los procedimientos y formalidades instituidos”. Viola también el Artículo 283 del Reglamento de Elecciones del INE, que dispone que “en el caso de elecciones federales y locales extraordinarias” las candidaturas “deberán ser del mismo género que el de las candidaturas que contendieron en el proceso electoral ordinario”.
Tlaquepaque siempre ha sido visto como botín político. Ya no es un pueblo. Dejen que elija libremente a sus gobernantes.
Javier Hurtado