¿Y la exigencia de la declaración 3 de 3?

  • Panóptico
  • Javier Sepúlveda

Ciudad de México /

Gladys Zavaleta y quien esto escribe entrevistamos ayer en Meta 21, en la emisión radiofónica de las 17:00 por el 1280 de AM de Multimedios Radio, al director de la plataforma Cómo Vamos, Nuevo León, Luis Ávila, para abordar el tema de la verificación de frases y propuestas de los candidatos mediante la iniciativa “Súbele, súbele”.

Ávila expuso los objetivos de la iniciativa que promueven a través de Cómo Vamos, Nuevo León, los cuales sin duda abonan a que los procesos electorales y democráticos brinden a los ciudadanos datos verificables en los cuales soportar su decisión de voto.

Con el historial de guerra sucia en varias campañas presidenciales, con resultados raspados que llevaron a judicializar las elecciones de Monterrey y Guadalupe en 2018, y con aspirantes a cargos de elección popular que ocultan incidentes de su pasado personal, los ciudadanos agradecen iniciativas como la de “Súbele, súbele”, que promueve la plataforma que dirige Luis Ávila.

Recordamos que hace seis años, en las campañas había el compromiso de que todos los aspirantes a la gubernatura, en aras de la transparencia, hicieran su declaración patrimonial en la modalidad 3 de 3, que implicaba declarar bienes, intereses e impuestos, si bien con ciertas reglas de protección de datos personales.

Ese formato de declaración fue impulsado en 2015 por Transparencia Mexicana y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), como una forma de generar confianza ciudadana en los miembros de la clase política.

Si bien en diversas regiones del país la 3 de 3 se ha instalado como una práctica común, más allá de la obligatoria declaración patrimonial cuando se llega y se concluye un cargo público, en Nuevo León ese formato voluntario de la 3 de 3 cayó en el olvido para el actual proceso electoral.

Hoy se extraña, en las actuales campañas, que los candidatos hagan su declaración 3 de 3 y que de paso incluyera también la lista de diplomados, cursos motivacionales, baños de temazcal y algún chamanismo, para que nadie se dé por sorprendido cuando salgan sus videos y alegue luego un montaje, expresión tan de moda en los últimos días, igual que las mentiras.

Javier Sepúlveda


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