el pasado 2 de julio un periódico español publicó una larga entrevista a Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda. El encabezado de la entrevista dice “El principal problema que enfrenta México en términos económicos es que no hay dinero público”. Específicamente, Urzúa menciona que el problema central es que no hay dinero porque la recaudación tributaria es del 14% del PIB. La mayoría de las economías latinoamericanas tienen al menos una recaudación tributaria del 20%, señala el catedrático universitario.
Arturo Herrera, actual secretario de Hacienda, posee la misma perspectiva económica que Urzúa. En una reciente entrevista para un medio financiero Herrera dice: “ojalá hubiéramos podido hacer mucho más (para apoyar la economía ante la crisis del covid-19). Pero no se trata solo de voluntad, sino de espacio fiscal”.
Tanto Urzúa como Herrera se equivocan. Al decir que el país no tiene dinero y que no posee espacio fiscal, ellos asumen erróneamente que las operaciones fiscales de México son como las finanzas de un hogar. Es decir, piensan que el gobierno debe“encontrar primero el dinero” antes de gastar. Esto no es así.
Como emisor monopolista de su moneda y con un nivel de soberanía monetaria, el gobierno mexicano no es como un hogar. Esto significa que no tiene limitaciones financieras en su moneda.Lo que imposibilita que caiga en bancarrota involuntariamente o deba recurrir a políticas de austeridad. Los ingresos del gobierno no están sujetos a los impuestos. De hecho, este debe gastar antes de recaudar impuestos, tal como lo establece la Teoría Monetaria Moderna.
El gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador tiene todo a su favor para sacar al país de esta crisis. Principalmente, tiene el poder del peso y la capacidad para movilizar recursos reales para enfrentar el contexto adverso que se vive. Sin embargo, se decidió optar por la inacción ante la pandemia de desempleo que sufre la población. Pensar que las finanzas del gobierno federal son como las de un hogar, es un grave error. _