Tiempos de Halloween en el Reino Unido

  • Ajedrez económico
  • Jesús G. Reséndiz Silva

Tampico /

Al igual que en otros países, el Reino Unido vive en una permanente temporada de espanto. Y es que el 25 de octubre, Liz Truss renunció como primera ministra (PM) británica. Truss asumió este puesto el pasado 6 de septiembre después de que Boris Johnson dejara el mismo cargo. Es decir, fue primera ministra por solo seis semanas. Lo que constituye un hecho histórico en aquel país.

Esta situación generó una gran sorpresa y burla. Hubo desde memes hasta bromas de todo tipo. Incluso cuando ella tomó posesión, se realizó un concurso en el que se apostó que una lechuga con peluca duraría más tiempo en buen estado que Truss como líder del gobierno británico. La lechuga ganó la apuesta y el público, a manera de broma, candidateó al vegetal para que se convirtiera en PM.

¿Qué pasó con Truss? Para mi amiga Patricia Pino, investigadora del University College London y del Global Institute for Sustainable Prosperity, “lo que ocurrió en primer lugar fue que la economía británica lleva años sufriendo de recortes agresivos al gasto público que solo se interrumpieron momentáneamente por la crisis del COVID.

Además, el deterioro se potenció por las políticas del banco central. Las cuales, al tratar de controlar la inflación mediante el incremento a la tasa de interés se provoca que aumente el desempleo y se reduzca el crecimiento. Simultáneamente, la demanda popular ha sido el que se extienda el rol del estado en la generación de empleos y crecimiento. Algo que no ha sucedido.

Las políticas de Truss no fueron las adecuadas. Incluían reducción de impuestos y proveían un elevado gasto público que beneficiaba principalmente a las clases altas y al sector financiero. A pesar de ello, en cierta manera este incremento en el gasto constituyó un intento fallido de romper con el consenso neoliberal que demanda presupuestos balanceados, bajo un contexto de tasas de interés crecientes. El aumento del gasto provocó severas críticas a Truss de parte de las élites económicas.

Aunado a lo anterior, ocurre que los fondos de pensiones estaban muy expuestos a una potencial baja de precios de los bonos soberanos a largo plazo. Los mercados reaccionaron prediciendo un incremento en la inflación y por lo tanto en la tasa de interés. Esto colapsa los precios de los bonos y coloca a los fondos de pensión en una crisis de liquidez.

Lo interesante en este caso es la reacción del banco central. Luego de anunciar intervenciones para estabilizar el precio de los bonos gubernamentales, el Banco de Inglaterra corta la intervención y endurece su posición frente a los fondos de pensiones. Tal decisión tuvo también tintes políticos, ya que indirectamente se obligó a Truss a abandonar sus planes fiscales expansivos. Todo esto más la pérdida de apoyo de su partido llevó a Truss a renunciar.

El nuevo PM Rishi Sunak es fiscalmente más conservador que Truss. Un adherente ideológico a los presupuestos equilibrados. Probablemente continuará con el programa económico ortodoxo del Partido Conservador. Receta que ha deteriorado enormemente la calidad de vida de las personas”. Hoy es Halloween, ojalá que alguna bruja buena rompa con el hechizo que mantiene a la economía del Reino Unido petrificada.

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