Las verdaderas razones que explican la guerra entre Ucrania y Rusia están ocultas y la mayoría de la gente no estamos en posibilidad de conocerlas porque son secretos clasificados totalmente resguardados, o porque aún y cuando se sepan son difíciles de entender o simplemente porque la gente normal no puede creer que los líderes mundiales puedan servir a intereses tan mezquinos y porque además existe un enorme trabajo de manipulación mediática.
Un ejemplo de ello es el caso de la guerra de Irak, hoy, a toro pasado, sabemos con certeza que el expresidente Bush mintió y manipuló al pueblo americano asegurando que si no atacaba a Irak estallaría una bomba atómica en territorio norteamericano pues, afirmaba, estaban construyendo armas de destrucción masiva, lanzó lo que en su momento se denominó como la doctrina de la guerra preventiva que habilitaba a Estados Unidos a lanzar una ofensiva militar para prevenir un ataque nuclear de cualquier país potencialmente peligroso en el futuro y amenazó al mundo entero con su ¿are you with us or against us?. Espantó a la gente, manipuló a su pueblo, se lanzó a atacar a Irak, asesinó a más de un millón de personas y desplazó a otros cuatro millones, ahorcó públicamente al presidente Iraki Sadam Hussein y las armas de destrucción masiva nunca aparecieron. ¿Cuáles fueron las verdaderas razones? ¿Controlar las enormes reservas de petróleo de Irak? ¿No permitir la cotización del petróleo en moneda distinta al dólar? ¿Establecer un escarmiento ejemplar? ¿las tres razones anteriores?
Si la historia es la escuela de la vida, hoy puede estar pasando lo mismo, exacerbando nacionalismos, confrontando a pueblos hermanos en una guerra fratricida, para debilitar a Rusia en términos económicos y a su moneda, para mantener la primacía mundial.
Sean cuales fueren las razones, la población mundial debe de estar muy atenta para no caer en manipulaciones infundadas. Aquí algunos consejos:
1.- Crear un escudo imaginario entre la noticia y nuestra mente.
2.- Descubrir quién está detrás de cada noticia, qué interés está detrás, siempre hay uno.
3.- Contrastar opiniones opuestas. Por ejemplo, que dicen las noticias pro-occidentales y que dice Rusia Today, por cierto ya censurada abiertamente en muchos países de occidente, y no así afortunadamente en México.
4.- Consultar la opinión de expertos o intelectuales verdaderamente independientes.
5.- Estudiar y revisar la historia por nosotros mismos en la medida de lo posible.
6.- En algunos casos de plano leer al revés las noticias. Cuando afirmen “no nos interesa el petróleo sino los niños”, entonces se lee “nos interesa el petróleo y no los niños”.
No olvidemos como la propaganda Nazi influyó decisivamente en el holocausto del pueblo judío y recordemos que en la segunda guerra mundial murieron el ochenta por ciento de los hombres en Europa en lo que fue un suicidio colectivo.
Sólo una opinión pública mundial bien informada puede detener y evitar un holocausto definitivo.
Mtro. Jesús Torres Gómez