La inflación es el incremento generalizado de los precios, en términos coloquiales y sencillos, la inflación es mucho dinero persiguiendo pocos bienes.
El desempleo y la inflación son los dos grandes enemigos a vencer en la ciencia económica y en las políticas económicas de todo gobierno.
La razón es que la inflación erosiona el poder adquisitivo de la moneda y tiene un efecto regresivo es decir afecta más a los más pobres de la sociedad. Así por ejemplo, un profesionista exitoso puede subir sus honorarios, un comerciante puede re-etiquetar sus productos, una persona adinerada puede comprar inmuebles, o invertir en metales preciosos como el oro o la plata. En cambio, la gente que recibe su salario al día, no puede sino consumirlo para su sostenimiento, por lo que son los más afectados al encontrar precios más altos para obtener los productos y servicios que requieren para su subsistencia. Es por ello que el Presidente de México ha expresado su preocupación para combatir este flagelo.
En cuanto a las causas, es claro que en nuestro país se trata de una inflación importada; por un lado por la excesiva emisión de dinero realizada por gobiernos como el de los Estados Unidos para paliar la crisis del Covid 19 y financiar la guerra en Ucrania que ha inundado al mundo de dólares y por el otro lado, porque los canales y cadenas productivas y de distribución fueron interrumpidas y en otros casos ya canceladas tanto por la pandemia como por la mencionada guerra.
Comúnmente, siguiendo las políticas Keynesianas y aún las monetaristas de Milton Friedman, la mejor manera de combatir la inflación es provocar una restricción en la oferta monetaria, es decir extraer dinero de la circulación. El problema de esta clásica solución es que provoca una recesión económica y resultaría muy dolorosa para la población del país de por sí ya golpeada por la crisis de la pandemia.
En su lugar, el Presidente propone una mejor solución, por un lado permitir la importación de productos alimenticios de Centro América que permitan disminuir el precio de productos alimenticios de primera necesidad y por otro lado incrementar la producción de bienes y servicios en México que puedan absorber el exceso de circulante sin tener que provocar una recesión.
Una propuesta ingeniosa y con perspectiva humanitaria. Está fundamentada, es viable, conforme a la ciencia económica, bien pensada y que se está inmediatamente implementando.
Además, junto con la reforma energética en curso, tiene como objetivo el lograr la soberanía e independencia energética y alimentaria del país. Queda claro que David Ricardo descuidó el aspecto político al momento de desarrollar su teoría de la Ventaja Comparativa y que dio fundamento al mundo globalizado que hoy se quebranta.
Mtro. Jesús Torres Gómez
Profesor de la Escuela Internacional de Derecho y Jurisprudencia.