Empezaré por escribir que es un tema muy difícil de abordar y que no creo que haya postura correcta o incorrecta, pero definitivamente las nuevas regulaciones de la Federación Internacional de Atletismo que prohíbe a las atletas transgénero competir en pruebas internacionales con ranking me parecen un retroceso.
World Athletics se suma al anuncio del año pasado de la natación, donde prohíben competir a los atletas trans de hombre a mujer que hayan atravesado la pubertad masculina. Por obvias razones hay indignación. Queramos o no, en esta lucha por un nivel justo de competencia en el deporte femenil, se ha caído en la discriminación hacia atletas transgénero y con diferente desarrollo sexual, que no es ningún secreto, tienen muchos retos a los que enfrentarse durante su crecimiento como para ahora tener que agregar otra lucha a su vida.
Por un lado existe el debate sobre cuándo es correcto apoyar a un hijo a comenzar su transición, si desde niño o ya en la adolescencia adulta, y por otro, si uno de ellos decide ser atleta se enfrentará a la presión de que su proceso se tenga que dar antes de la pubertad si desea perseguir un sueño deportivo.
Es verdad que se necesitan más investigaciones y pruebas, pero hasta el momento un estudio de 2017 de Sports Medicine aseguró no encontrar pruebas de que las atletas trans tuvieran ventaja deportiva sobre sus rivales cisgénero. Si bien Sebastian Coe asegura que se apegarán a la ciencia y a los resultados que arrojen nuevos estudios en los próximos años y que “No es un no para siempre”, hoy por hoy la decisión es una bofetada para las 13 atletas directamente afectadas y aquellas en desarrollo.