¡Vivan los traidores!, grita la claque.
Florestán
El pasado día 30 en la puntual, y afortunada, comida familiar de todos los viernes, llegó al mismo restaurante Miguel Ángel Yunes Linares, al que conozco desde años.
Los amigos a los que acompañaba lo saludaron y yo también.
Yunes de golpe soltó: mañana estaré en la cárcel.
—¿Por…? —fue la pregunta obligada.
—Porque hay una orden de aprehensión en mi contra y el gobierno la va a ejercer mañana —dijo.
—Pero, ¿por qué?
—Es el gobierno de López Obrador. Me va a meter mañana en la cárcel. Hay órdenes de aprehensión contra mis hijos y contra mí. Mañana estaré en la cárcel —dijo, y se fue.
De eso, al día de ayer, pasaron once días.
Yo reportero, busqué al día siguiente, al otro y al otro y nada. No habían ejercido ninguna orden de aprehensión en su contra.
Y supe de él hasta ayer cuando, acompañado de su hijo, el senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez, de quien es suplente, llegó al Senado a la sesión que quería aprobar la reforma judicial del presidente López Obrador, al que le faltaba un voto para construir la mayoría calificada de 86, cuando su bloque tenía 85 y el de la oposición 43.
Necesitaba, como le había venido contando, un Judas que encontró en Yunes, el de la confesada, y desaparecida, orden de aprehensión que no se cumplió.
Fue entonces que entendí quién sería el Iscariote: Yunes, que cambió las órdenes de aprehensión por el voto 86 para darle a López Obrador su reforma judicial, y que se convirtió, por un instante, ya lo desconocerán, en el héroe de Morena y para siempre en el Judas de los demás.
Es cierto que Yunes Linares pasó al PAN, del que anoche fue expulsado y ahora a Morena, donde fue cobijado por Fernández Noroña y Félix Salgado, lo que lo dimensiona, que por su voto, salvó la cárcel y le dio a López Obrador su reforma al Poder Judicial, que sin él hubiera sido imposible.
Ahora Yunes podrá decir misa, si se la sabe, pero fue el del beso de la última sesión, el traidor que entregó a López Obrador su reforma judicial. El Judas Yunes.
RETALES
1. VISAS. Algo más debe haber porque el gobierno de Estados Unidos le canceló a él y a sus hijos la visa sin mayor explicación, que debe existir, pero no se la dieron. ¿Por qué se las quitaron? Eso solo lo saben en Washington. Y tiene que ser por algo gordo;
2. NOMBRAMIENTOS. De los que dio a conocer ayer Claudia Sheinbaum destaca el de Octavio Romero, director de Pemex, al Infonavit cuyo actual titular, Carlos Martínez Velázquez, ha hecho un papel que rebasa a la 4T. La mano de AMLO; y
3. OPERADOR. Recuerdo el mensaje de Juan Pablo II en el Estadio Azteca cuando se despidió de su cuarta visita a México, en enero de 1999: Me voy, pero no me voy; me voy, pero me quedo. Él volvería en 2002. AMLO se quedará con el secretario de Organización de Morena, su hijo Andrés Manuel.
Nos vemos mañana, pero en privado