En los mítines de gobierno, los camiones cuentan.
Florestán
El mayor logro de la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum, la seguridad, está en la peor herencia de su antecesor: la inseguridad, donde ha tenido avances nunca vistos en este cuarto de siglo.
Andrés Manuel López Obrador, en su larga campaña presidencial desde el 6 de diciembre de 2000 tuvo tres discursos: seguridad, salud, corrupción y, agrego yo, crecimiento económico.
En todos fracasó estrepitosamente y, en algunos casos, criminalmente.
Siendo el más largo candidato a la presidencia de la República, durante 18 años, recurrió a la ventaja del opositor: ofrecer sin comprometer.
Como presidente, nunca planteó una política pública efectiva en materia de seguridad. Se quedó en el slogan de abrazos y no balazos, que llevó a su gobierno a romper todas las marcas de asesinatos con 202 mil 336, por encima del máximo de su antecesor, Enrique Peña Nieto, con 156 mil, de los 120 mil de Felipe Calderón y más del triple de Vicente Fox, 60 mil.
En esa su larga campaña, repetía que, con su sola llegada a la Presidencia, en 2018, el número de homicidios se reduciría a la mitad, así como, otras mentiras, la gasolina a diez pesos y el mejor sistema de salud del mundo con medicinas gratuitas para todos. Una patraña tras otra.
En todos esos escenarios ha sido rebasado por la gestión de su sucesora, marcadamente, en la violencia cuando, al reporte de ayer, los homicidios dolosos diarios están cerca de la mitad de los que heredó, lo que no es un asunto solo estadístico sino de decisión política y atención, además de las causas, a la realidad.
La determinación de formar un esquema de seguridad eficaz, a cargo del secretario Omar García Harfuch, con la coordinación del general Ricardo Trevilla, titular de la Defensa, y los de Marina, Guardia Nacional y Fiscalía General de la República, más su seguimiento puntual, ha sido la clave para revertir el escenario violento, aunque los cuatroteístas lo regateen, solo para defender la gestión de su amado líder, contra la realidad.
RETALES
1. IGUALES. Una de las proclamas de la 4-T es que son diferentes, lo que es una gran mentira. El Senado aprobó en menos de ocho horas, tres minutas de los diputados, sin ni siquiera leerlas, como hacían los priistas en sus tiempos. Le digo, son iguales y, por eso, peores;
2. HOLGAZANES. La Constitución señala que el período legislativo termina el 15 de diciembre. Pero senadores y diputados lo cortaron este miércoles 10, para irse de vacaciones hasta el uno de febrero. Cuarenta días. Les digo, los diferentes; y
3. NOBEL. Difiero de la decisión de la presidenta Sheinbaum de negarse a saludar, siquiera, el premio Nobel de la Paz a María Corina Machado. En dos ocasiones ha declarado sin comentarios, cuando considero que por supuesto que los hay. Pero solo ella sabe por qué no.
Nos vemos el martes, pero en privado