Son más importantes las causas que los momentos.
Florestán
Madrid. El caso Sinaloa se ha convertido en emblemático de la violencia en el México de López Obrador que, a once días de terminar su gobierno, han asesinado a 197 mil 639 personas, una marca nunca vista en el país y de la que no hay referente mundial en los tiempos modernos, ni aun en naciones en guerra.
En los más de 10 años que Estados Unidos tuvo intervención militar en la guerra de Vietnam, las muertes de sus fuerzas armadas llegaron a 52 mil, es decir, casi una cuarta parte de los asesinados en los cinco años, nueve meses y 19 días de su gobierno y cuando insiste en declarar que se han reducido los homicidios, lo que es falso. Ha bajado, y apenas, la tasa de aumento, pero no el alza de las muertes violentas.
En el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) los homicidios dolosos sumaron 60 mil 280, 28 diarios, uno cada 52 minutos; con Felipe Calderón (2006-2012) se duplicaron a 120 mil 463, 56 diarios, uno cada 26 minutos; con Enrique Peña Nieto (2012-2018) pasaron a 156 mil 66, 71 diarios, uno cada 20 minutos, y en lo que va de López Obrador, al día de ayer, sumaban 197 mil 639, que son 95 diarios, uno cada 15 minutos, todo esto con base en cifras oficiales de la Secretaría de Gobernación. Así que, ¿dónde está la reducción de homicidios que repite, al punto de decir que ha bajado la violencia pero no los homicidios, lo que es incomprensible?
En este escenario que encabeza Guanajuato con 23 mil 685 homicidios al día de ayer, Sinaloa está a la mitad de la tabla con 4 mil 286 asesinatos.
Entonces, ¿por qué la atención en esa entidad que parece, sin serlo, la más sangrienta?
Pues por la pugna de los cárteles y las declaraciones oficiales, que al negar una realidad la hacen mayor, y por ser la cuna de quienes hoy se disputan ese territorio, y gran parte del país, los herederos de El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada, ambos presos en Estados Unidos, y por la negación permanente del gobierno a la gravedad que esa guerra, que busca minimizar con ocurrencias y declaraciones.
RETALES
1. VERBO. Y en eso va López Obrador, que ha repetido que va a acusar a los narcotraficantes con sus mamás y sus abuelos, y la más reciente de que a él lo escuchan los narcos, lo que la realidad niega;
2. VERDE. Y recientemente la de un general que afirmó en Culiacán que bajarle a la violencia en Sinaloa es cosa del crimen organizado, cuando es una responsabilidad esencial del Estado mexicano; y
3. FRASES. López Obrador repite su karma de no mentir, no robar, no engañar, no a la corrupción ni al nepotismo. Pues su prima Manuela Obrador acaba de ser designada como delegada estatal del Bienestar en Chiapas. No lo entiendo y, repito, a menos de once días de terminar el gobierno de su primo.
Nos vemos mañana, pero en privado