Quien ha visitado la laguna del Carpintero en Tampico sabe, conoce, detecta, hasta huele que el cuerpo de agua está contaminado, no se necesita ser un experto en medio ambiente para saberlo, se nota a simple vista.
Para el Capitán Carlos Paniagua, titular de la Dirección de Ecología en el municipio de Tampico, la laguna del Carpintero “no está tan contaminada como quieren hacerlo ver”.
El funcionario público se basa en “estudios” que la dependencia de Cuerpos de Agua hizo en su momento, la cual depende de Obras Públicas, a decir del empleado municipal.
Lo que se ve no se juzga, y es desde hace unos meses el principal atractivo turístico, y natural, que tiene Tampico ha tomado un todo de color y olor distinto al que tenía.
En julio del 2015 el especialista ambiental y oceanólogo, Marcelo René García, alertó que el cuerpo de agua recibe una gran cantidad de aguas residuales y azolve, que producen un ambiente de alta eutrofización (acumulación de residuos orgánicos en el litoral marino o en un lago, laguna, embalse, etcétera, que causa la proliferación de ciertas algas) lo que provoca la muerte de diversas especies.
En ese momento el ambientalista detalló que cualquier concentración de alta descarga provoca que el oxígeno de agua en la laguna del Carpintero disminuya y con ello mueran los animales. A los cocodrilos y tortugas, las áreas verdes les pueden causar hongos en el caparazón y piel, atacando las membranas que cubren ojos y unen sus dedos, con las cuales nadan.
Basta un recorrido por este sitio para darse cuenta que el problema ha ido avanzando de manera alarmante, incluso dentro de las zonas de manglares (en el sendero al otro extremo de la laguna), donde la basura es tal que se pueden encontrar todo tipo de desechos.
Ahí los cocodrilos se esconden entre el fango, lodo y basura que flota en los canales que se han formado por el mangle.
Mientras tanto el titular de Ecología insiste en que su dependencia no es la encargada de atender de lleno esta problemática, y tiene razón, ya que carece de los recursos suficientes, pero tampoco se ha hecho lo posible por tenerlos.
¿Acaso el encargado de mantener en orden la ecología de la ciudad estará esperando a que sea irreversible el saneamiento de este cuerpo de agua? Por lo pronto en esta administración no se hizo pues ya va de salida.
La ciudadanía espera que el señor Paniagua sostenga con documentos fidedignos lo dicho de que la laguna no está tan contaminada como se quiere hacer ver, pues a menos que la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Cetmar se hayan equivocado con su estudio, alguien nos tiene que decir qué pasará con la grandiosa laguna del Carpintero.