Que alguien nos rescate de Comapa y CFE

  • Empatía Popular
  • Joaquín López

Tampico /

Han quedado a deber mucho a la población los servicios que ofrecen la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa en la zona conurbada).

Se entiende el enojo de los usuarios que padecen cuando se corta la energía eléctrica y el agua potable, sobre todo en esta temporada cuando el calor se ha registrado casi insoportable.

El enojo crece aún más cuando puntualmente cada mes y cada bimestre llega el recibo de pago a los domicilios, y cada vez más caro respecto a la factura anterior.

Esta semana el dolor de cabeza lo sufrieron más de 50 colonias de Tampico y Madero, pues el miércoles por la mañana abrieron las llaves en sus hogares y no cayó una sola gota de agua.

El argumento fue una falla eléctrica en la subestación de la planta Alta Vista, afectando el rebombeo del suministro de agua.

Fueron varias horas las que pasaron hasta que se solucionara el asunto, aunque la gente ya sabe que en cualquier momento puede volver a ocurrir.

Por otro lado, debido a situaciones fortuitas y fuera del alcance de los habitantes, algunas familias han perdido aparatos eléctricos debido a los apagones que se han registrado, algunos ya muy típicos en estas fechas por las altas temperaturas y la sobrecarga de energía que debe estar recibiendo la CFE, y en otros casos por accidentes como el ocurrido en la zona norte, donde un vehículo compacto derribó una enorme torre que sostenía cables de alta tensión, cayendo encima de unas viviendas.

Es de reconocer que existe una respuesta rápida de la CFE a los reportes que emite la ciudadanía cuando ocurre un apagón en sus sectores, sin embargo estos no deberían ser continuos; se nota que la infraestructura de la compañía de clase mundial ya está por caducar, si no es que ya lo hicieron.

Tan solo en el centro de Tampico el problema de los apagones sigue sin resolverse y las pérdidas de los comercios tampoco se han cuantificado.

Este problema va de la mano con las fugas de agua, tanto potable como del drenaje, que inundan las instalaciones eléctricas subterráneas y provocan las fallas.

Es así que solamente suspiramos y nos resignamos a decir que esto “va para largo”.

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