Los otros datos

  • Otro camino
  • Joel Ortega Juárez

México /

La estadística, los datos, son siempre usados a favor o en contra en la política. No es extraño que lo haga el actual gobierno. Tampoco que lo hagan sus diversas oposiciones. Los voceros oficiales destacan la aprobación de la gestión de AMLO en 70 por ciento, casi 20 puntos más de los que obtuvo en las elecciones del año pasado. El Presidente nos dice “vamos requete bién”.

Algunas de sus acciones han conseguido gran simpatía: abrir Los Pinos, retirar las pensiones a los ex presidentes, deshacerse del avión presidencial, viajar en vuelos comerciales, las mañaneras, la condena al diabólico neoliberalismo, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el raquítico aumento a los salarios mínimos, su demanda al rey de España por la criminal Conquista, su “narrativa” contra los “fifis”, su lema “abrazos, no balazos”, el gran pensamiento “me canso ganso” inspirado en Tin Tan y no en el favorito consejero de El Príncipe, Nicolás Maquiavelo. Sus batazos, aunque sean “globitos” al montículo o fauls atrás de home. Bueno hasta sus votaciones a mano alzada para “no engancharse contra el gobierno de Trump”.

Aunque dice el dicho “mal de muchos, consuelo de tontos”, no sobra recordar que casi todo el “discurso, narrativa, rollo” anteriormente citado, es casi el mismo de su amigo Donald Trump, el del primer ministro inglés Boris Johnson, el de los gobernantes derechistas de Hungría, Turquía y otros del este de Europa y en gran medida de Jair Bolsonaro; todos de una derecha llamada populista, sin olvidar a los Le Pen en Francia.

Para tranquilidad de los seguidores “izquierdistas” de la 4T , también es o ha sido el “rollo” de los Castro en Cuba; Ortega y su familia de ladrones en Nicaragua; Chávez y Maduro en Venezuela y otros gobiernos cuyos líderes son parte del Foro de São Paulo al que pertenece Morena, el PT y hasta nuevo aviso el PRD.

Todo lo anterior tiene su lógica. Cuesta trabajo entender por qué algunos (no pocos, por cierto), otrora críticos del neoliberalismo, militantes sin hueso de las izquierdas, profesores universitarios y casi todos ex fervorosos miembros del PRD hoy fanáticos morenistas sigan tan entusiastas con un gobierno que aplica una política económica del más ortodoxo “pensamiento único“ del decálogo de Washington:  cero reformas fiscales contra el capital, equilibrio financiero estricto, ninguna política de impulso a la industrialización, nada contra el comercio internacional desigual, recortes presupuestales en empleo, salud, ciencia, tecnología, impulso a obras contrarias al medio ambiente y las comunidades a costa de lo que sea, incluyendo impunidad para los asesinatos de activistas ambientalistas. Además una reiteración de la estúpida y criminal política de guerra contra el narco, ahora convertida en la Guardia Nacional legitimada con rango constitucional. Tristemente esa estructura militar se emplea contra los migrantes para sellar las fronteras y convertir a México en un tercer país seguro. Política criminal que ya está siendo una crisis humanitaria.

Para acabarla de amolar, cada día se suman a la política gubernamental los más destacados integrantes de la “mafia del poder”, como Carlos Slim y no se diga todos y cada uno de los integrantes del “Consejo Asesor” del presidente Andrés Manuel López Obrador. Curiosa manera de acabar con esa mafia.

Veremos cuáles son los datos del Presidente, en el ritual restaurador de este 1 de septiembre. 


joelortegajuarez@gmail.com


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