El poeta Porfirio Barba Jacob condensó su proyecto de vida en uno de sus versos: “bruñir mi obra y cultivar mis vicios”. Y en otro verso se pintó de cuerpo entero: “¿Mi nombre? Tengo muchos: canción, locura, anhelo”.
La vida loca y mexicana del poeta colombiano, la contó Fernando Vallejo, su paisano, en una deliciosa biografía de título El mensajero.
Vallejo va desmontando no sólo la vida enloquecida del poeta Barba Jacob, también el México de los 30 y los 40, con jugosas escalas históricas por Cuba y Centro y Sudamérica.
Barba Jacob además de poeta era gran bebedor, mariguano de alcurnia y autor de la famosa columna “Perifonemas”, que aparecía en el Últimas Noticias de Excélsior donde, en un rapto de lucidez alcohólica, o acaso mariguánica, predijo el asesinato de León Trotsky.
Salvador Novo, decía Barba Jacob, “es un puto con bandera arriada: yo soy un puto con bandera desplegada”.
Pues este poeta, igual que hiciera Bob Dylan con los Beatles, le enseñó a fumar mariguana, en su habitación del hotel Sevilla, a un joven que asistía a su taller-tertulia-guarapeta, de nombre Luis Echeverría, que con los años llegaría a presidente del país. No sé sí alguien habrá investigado la impronta de la mariguana en la gestión del ex presidente.
Un día que al poeta le sobrevino un colapso cardiaco, disparado por un exceso de mariguana, los amigos que lo rodeaban lo salvaron de la muerte “administrándole a tiempo un ron Bacardí”.
En su poema “El espejo”, Barba Jacob nos cuenta la impresión que tiene de sí mismo: “Don Nadie. Un hombre. Un loco. Nada/Una sombra inquietante y pasajera/Un odio. Un grito. Nada. Nada”.
Al hilo del “cultivar mis vicios”, de aquel poema con el que empecé estas líneas, Fernando Vallejo nos desvela al poeta, en esa faceta en la que le daba por aconsejar a sus amigos: “y ahogando la tos de la tuberculosis en humo, Barba Jacob fumó mariguana hasta el final, y a Millán le aconsejó que cuando estuviera completamente borracho y creyera imposible tomarse una copa más, que se tomara dos porque en esos momentos empezaba el viaje maravilloso”.