La cueva de Trofonio

Ciudad de México /

La gente salía de la cueva de Trofonio arrastrando una infinita tristeza. Dentro había un oráculo que, en lugar de concentrarse en lo que se le preguntaba, hacía un escáner comentado de la totalidad del implorante y, como es bien conocido, nadie resiste una inspección al detalle, nos perjudica el close up, y mucho menos se tolera que alguien nos recite, el oráculo de la cueva en este caso, nuestra lista de debilidades, fealdades y duricias.

La gente salía deprimida de la cueva de Trofonio porque el oráculo les contaba la verdad integral, y ya se sabe que preferimos una verdad parcial, vivir un poco engañados, ignorar nuestras vergüenzas y nuestro filón siniestro.

Sabemos de la cueva de Trofonio gracias a Hesiodo, que en su Teogonia nos cuenta que en ese oráculo no sólo se conocían los vaticinios, también “todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que será”.

Una de las pistas que nos regala Hesiodo, a sus lectores del siglo XXI, es que hace falta valor, y mucha digestión, para aceptar ciertos elementos de uno mismo, y que es mucho más cómodo no conocer lo malo, lo que perturba y molesta.

Hay un episodio, en el canto IV de La odisea que, me parece, sirve de remedio para la gente que sale triste y abatida de la cueva de Trofonio: la bella Helena, la única hija que tuvo Zeus entre sus cincuenta hijos varones, disuelve la tristeza en una reunión donde los hombres lloran por los muertos de Troya, con una planta de nombre nepente: “al punto vertió en el vino que bebían una droga que borraba la pena y la amargura, y suscitaba el olvido de todos los pesares. Quien la tomara, una vez que se había mezclado en la cratera, no derramaba, al menos en un día, llanto por sus mejillas”.

En el hilo alegórico que une las dos historias, la cueva de Trofonio y el vino de Helena, hay varios elementos que pueden servirnos de orientación en este milenio tan dado al espejismo; hay que empezar por preguntarse, ¿dónde está mi cueva de Trofonio?, ¿cuál es la copa que me ofrece la bella Helena?

Jordi Soler


  • Jordi Soler
  • Es escritor y poeta mexicano (16 de diciembre de 1963), fue productor y locutor de radio a finales del siglo XX; Vive en la ciudad de Barcelona desde 2003. Es autor de libros como Los rojos de ultramar, Usos rudimentarios de la selva y Los hijos del volcán. Publica los lunes su columna Melancolía de la Resistencia.
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