De haber tenido la oportunidad de prevenir la llegada del huracán Otis haciendo uso de la inteligencia artificial, hubiera habido recomendaciones, no solo a los habitantes de la bahía, sino a todo el Estado de Guerrero, pues es bien sabido que la IA, adelanta escenarios de todo tipo de circunstancias y eventos; los meteorólogos sólo avisan del estado del clima.
Lo primero que protegería sería a los seres humanos, orientándolos a un lugar seguro y a buen resguardo, además sugeriría a las autoridades hacer la inmediata evacuación de toda la zona hotelera en virtud de la magnitud de un huracán categoría cinco.
También para que se enviaran todas las embarcaciones, chicas medianas y grandes, incluyendo los grandes yates, fuera del puerto de Acapulco, advirtiéndoles del enorme riesgo de muerte al que se expondrían al hacer caso omiso de la advertencia.
Y tomando en cuenta que la inteligencia artificial detectó la inminente llegada de Otis, con más de 72 horas (3 días) de anticipación, no sólo lanzaría la advertencia urgente a la población vía redes sociales, también alertaría a las autoridades de los tres niveles de gobierno, para que actuaran en consecuencia.
El tiempo con el que alertó la IA, -72 horas mínimo-, a la población, fue suficiente para enviar múltiples tráilers y camiones, cargados de alimentos, medicamentos y productos de limpieza, incluyendo ambulancias, vehículos de protección civil, trascavos, motoconformadoras, así como elementos del ejército plan DN 3 y la Guardia Nacional.
De haber tomado precauciones anticipadas, la ayuda antes mencionada no se hubiera detenido en plenas autopistas y carreteras incomunicadas por deslaves y desgajamientos de cerros y montaña que evitaron el flujo de la ayuda humanitaria, y la llegada previa y oportuna del ejército.
Existen videos de centros comerciales y tiendas de conveniencia, saqueadas por vándalos y turbas oportunistas donde sustrajeron a plena luz del día, reclamando alimentos, pero lo que robaron fue principalmente televisores y artículos electrónicos de gran valor.
De los pocos negocios que no fueron saqueados, por no decir el único, fue la plaza de la tecnología de Acapulco, misma que fue protegida por sus innumerables dueños, haciendo guardia día y noche, con palos, piedras, y una que otra arma de fuego, lugar que “respetó” la turba por “prudencia”. (El miedo no anda en burro).
De haber hecho uso de la inteligencia artificial, las “cándidas” autoridades, de los tres niveles de gobierno se hubieran evitado el caos en que hoy está padeciendo Guerrero.
Por desgracia, el impacto del Huracán Otis, fue el principio de un gran calvario para los habitantes de Guerrero, principalmente Acapulco.