Aún no inician las campañas oficialmente y ya se sienten los ataques dirigidos a la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez; sus arengas por todo el país, donde la mayoría de las veces, por no decir siempre, es muy bien recibida al ser “arropada” por infinidad de personas y organizadores de los eventos.
Pero algunos medios de comunicación sólo buscan informar las pifias que ha llegado a cometer Xóchitl, pifias que como ser humano no está exenta de cometer, puede tener lleno total en múltiples eventos proselitistas, que los tiene, pero para algunos medios les pasa de noche.
Pero si se trata de cubrir un evento similar de la candidata oficial, a ella no le ven defecto alguno, todo lo contrario alaban su “discurso monotemático” y exageran la asistencia, sin mencionar que fueron acarreados por decenas de autobuses donde incluyen dádivas pecuniarias y alimentos chatarra.
A ese tipo de “comunicadores y líderes de opinión” se les llama TEXTOSERVIDORES (bautizados así por Luis Spota) o chayoteros, igual también comelentejas, pues se venden al mejor postor. Siempre se ha dicho, del tamaño del ataque es el miedo, y en el presente caso, a Xóchitl ya le perdieron el miedo, ahora es pánico.
La acusan que su campaña no prende, peyorativamente la llaman botarga, que Xóchitl ya se desinfló, a lo que Xóchitl replica; desinflada la candidata de enfrente, yo me siento muy bien de ánimo y de salud.
Los TEXTOSERVIDORES buscan repetir y repetir que Xóchitl no avanza que ya se estancó, que la candidata oficial de YSQ, le lleva 20 o 30 puntos arriba, corean y redundan cual cacofonía de aves de corral, y actúan imitando a una parvada de aves o cardumen de peces, las órdenes que emanan de Palacio Nacional.
Y qué decir de las entrevistas, que le “conceden” a Xóchitl, punto menos que hostiles, pues las mismas, lejos de pretender ser una entrevista objetiva la encaminan por algún sendero, donde la candidata de la oposición cometió alguna pifia o resbalón, mismo que la exhiben con audios y videos obtenidos exprofeso.
En cambio, a la candidata oficial, hasta el tono de voz, lenguaje corporal y facial les cambia, procurando ser lo más empáticos posible, aunado a preguntas a modo para que la candidata no se ofenda y les levante la canasta del “chayote” y de futuros jugosos contratos publicitarios.
Pero al llegar la realidad, donde el resultado de las elecciones favorece a la oposición, su semblante cambia solicitando la primicia de una entrevista arguyendo tener “derecho del tanto”, por la cercanía con la candidata electa.