Cultura Jalisco, a la deriva

  • La Feria
  • Jorge Souza Jauffred

Guadalajara /

A catorce meses de gobierno, la Secretaria de Cultura anuncia que, ahora sí, tendrá un programa de trabajo para el sexenio.

Con la ayuda del British Council (institución extranjera que cobra) seleccionó a 25 especialistas “con base en diversos criterios”, para que le ayuden a pensar qué es lo que necesita Jalisco. Para saberlo, organizará “talleres participativos” y con ese cúmulo de ideas, en junio ya tendrá algo para trabajar, pues intenta “sentar las bases para la construcción de un nuevo modelo de políticas públicas culturales”.

Así, Jalisco tendrá su programa cultural cuando hayan transcurrido casi dos años de gobierno.

Ante la pandemia, cuando la cultura resulta fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas, el tiempo que se ha perdido es irremplazable.

Intentan crear el Programa Estatal de Cultura (PEC) sin una idea clara, al grado de recurrir a una institución extranjera para que les oriente. Ilógico. Esa función correspondería, por ley, al Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA).

Este hecho sería cómico, si no fuera trágico.

Lamentablemente, las artes no les importan a ciertos políticos. Lo demostró el brutal recorte que los diputados de Movimiento Ciudadano y sus cómplices hicieron al presupuesto destinado a esta área. El discurso de la diputada Mara Robles, una joya de oratoria, dejó en claro la bajeza de estos recortes.

La tendencia del gobierno es hacia la privatización del patrimonio cultural.

El primer paso ya lo dio. Entregó los museos y galerías del estado a un Organismo Publico Descentralizado (OPD) para que los maneje, los comercialice y, si lo considera conveniente, los cierre.

¡Qué diría Agustín Yáñez de este atraco al patrimonio cultural!

Entre las entidades públicas que entregó el gobierno al OPD, está, por ejemplo, la Casa Arreola, de Ciudad Guzmán, donde vivió el escritor y ahora es museo y recinto cultural. La dirige desde hace trece años Orso Arreola, a quien por cierto no se ha puesto en nómina y se le obliga a cobrar su sueldo mediante recibos, sin aguinaldo ni prestaciones.

Esto, señores, es una vergüenza.

La entrega del patrimonio público cultural a un OPD es otra vergüenza.

La Secretaría de Cultura ha hecho muy poco en estos dos años. Primero, desbarató la estructura cultural que existía en Jalisco; luego, trazó sus ejes de trabajo, que no son ejes, sino principios que deberían respetarse en todas las acciones del gobierno: paz, equidad, descentralización, inclusión, etcétera.

Y, para terminar con el cuadro, se habla de que un arquitecto ajeno al medio cultural está siendo considerado para ocupar la Secretaría. Sería un nuevo error del gobernador.

En resumen, al gobierno parece no interesarle lo cultural. Por eso, en lugar de colocar a un funcionario capaz y apoyarse en el CECA, contrata al British Council, deja un presupuesto agonizante para 2021, y da palos de ciego en la búsqueda del nuevo secretario. Lástima por Jalisco.

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