La noche triste del 88

  • Leviatán
  • Jorge Torres Castillo

Laguna /

Jorge Castañeda, al entrevistar a Miguel de la Madrid, el expresidente reconoció que en el 88 como a las siete de la noche del 6 de julio “me avisó Manuel Bartlett, secretario de Gobernación que el D.F. estaba muy mal, que estaban mal el Estado de México y Michoacán. 

Entonces fue cuando dijo: “no puedo dar estas cifras porque estarían muy ladeadas, y aunque después sigan las cifras de otros estados donde creo nos vamos a recuperar, si damos la tendencia desde un principio a favor de Cuauhtémoc, después no nos van a creer”.

La periodista Martha Anaya relata que “la inmensa mayoría de los gobernadores no se prepararon y la elección les estalló en la cara”, no tenían un plan B y fue entonces que comenzó una desesperada carrera para llevar votantes de última hora, detener la votación con algún pretexto, robar urnas, anular boletas escondidas o de plano quemarlas, cambiar números en las actas, falsificar firmas de representantes de casilla, hurgar en los lugares donde no hubo representante de la oposición y meter casillas “zapato”, lo que fuera para recomponer las tendencias de aquélla elección.

Para dimensionar lo ocurrido en aquélla elección habría que recordar que en ese tiempo la preparación y la organización de los comicios federales y locales estaban a cargo de la Comisión Federal Electoral y de las comisiones estatales electorales que eran presididas por el Secretario de Gobernación y los secretarios de gobierno de los estados respectivamente.

Eran casi las nueve de la noche del 6 de julio, relata Martha Anaya, cuando entraron los representantes de los partidos al salón donde sesionaba la Comisión Federal Electoral: “Fernando Gómez Mont se acercó a Diego Fernández de Ceballos y le narró lo acontecido con las terminales instaladas en el Registro Nacional de Electores. Diego se enderezó, tomó el micrófono y soltó la frase que marcaría con hierro la elección de 1988. “Se nos informa que se calló la computadora, afortunadamente no del verbo caerse, sino del verbo callar”.

La caída del sistema o el principio del fin. 



torrescastilloj@yahoo.com.mx

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