No reconstruir: descentralizar…

  • Heterodoxia
  • José Antonio Álvarez Lima

México /

Dejar la reconstrucción de lado e iniciar la reubicación de bienes y personas fuera de la ciudad parece radical, pero a mediano plazo es la única opción estratégica para CdMx.

La semana pasada recordamos las reflexiones de Octavio Paz después del Gran Sismo de 1985: en ellas el filósofo-poeta responsabilizó a tres fuerzas nefastas de la construcción de ese gran disparate que es CdMx. El centralismo político, la megalomanía de los gobernantes y la codicia de algunos empresarios. Pero Paz no solo analizó los males del presente, sino también buscó los orígenes remotos de esta obcecación geopolítica para centralizarlo todo:

“En su origen, México fue plural. El mundo precolombino fue una sociedad de ciudades con culturas y lenguas distintas que el Estado azteca no logró sujetar enteramente. El proceso de unificación de los aztecas fue continuado con éxito por el régimen hispano (…) El México independiente continuó en esto, como en tantas cosas, al despotismo ilustrado. Los liberales se dijeron federalistas, pero en verdad fueron, por influencia francesa, acentuadamente centralistas. Los gobiernos revolucionarios y posrevolucionarios han seguido la misma política de concentración de poder. Esto ha sido fatal, porque en la provincia de México duermen muchas fuerzas que debemos despertar…

“La provincia está destinada a ser en el porvenir inmediato, como lo fue varias veces en el pasado, un protagonista central en la vida del país. Lo que no sabemos es si ese despertar será un desgarramiento, el comienzo de una rebelión en contra del centro, como a veces se manifiesta ya en el norte, o si será una conjunción. La descentralización conjurará los peligros de un cisma o, peor aún, los de una escisión. Es una empresa larga, como todas las que cuentan en la historia. También es una empresa impostergable”.

Así, parece conveniente convocar a una reflexión nacional seria y ponderada sobre los peligros y el límite de los recursos del Valle de México.

En algunos meses quedarán en la ciudad, como saldo de la tragedia, miles de vidas quebradas, predios vacíos y ruinas amenazantes. Será quizá entonces cuando surjan las preguntas trascendentes sobre qué hacer con Ciudad de México y sus habitantes.

alvalima@yahoo.com

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