8M, ciudades más seguras para las mujeres

Jalisco /

8 de marzo. De nuevo, el grave y legítimo reclamo de las mujeres. Se sienten inseguras en la vía “publica”, y en la ciudad entera. Lo están. En las calles y plazas que, supuestamente, son de todas y todos, se les molesta y acosa, por decir lo menos. No pueden estar solas entrada la noche. Y, en los camiones y el transporte público, cautivas, se les falta al respeto, y se les toca sin su consentimiento. En esta Guadalajara dónde los feminicidios no cesan, y más bien se incrementan.

8M, viernes por la tarde. La universidad de los jardines, vacía. Vacía de damas profesoras, trabajadoras universitarias y chicas alumnas que se fueron de marcha. Los del género tonto intentando tener clase, infructuosamente. Los jardines en silencio, pero en esta ocasión, no de uno natural y relajante, sino opresivo, de ausencia.

Algo me brinca del tema, me trae preguntas. ¿Quiénes son los acosadores, los tocadores y los piroperos? ¿Los violentos y los feminicidas? Aunque cada persona es responsable de sus actos, ¿quién los educó, maleducó o dejó de educar? ¿Somos sólo los padres los que enseñamos a nuestros hijos todas nuestras arbitrariedades y artimañas? ¿Las madres tendrán algún poder e influencia en la formación de sus vástagos, como para contrarrestarlo un poco?

¿Permito a mis hijos lo que repruebo en otros? Quisiera equivocarme, pero me temo que demasiados “caballeros” permiten, permitimos y hasta alentamos en nuestros hijos conductas que impediríamos a los novios de nuestras hijas. ¿Así de incongruentes? ¿O ilusos? Porque no estaremos allí cuando a ellas les suceda lo mismo. Habrá que replantear ciertos puntos de vista y actitudes “masculinas”. Asumo que las madres educan a sus hijos en la consciencia y el respeto. Síganlo haciendo, traerá el cambio; y a quien le falle, que lo enmiende.

Que, como sociedad, demos el giro hacia la igualdad y la consideración. Que las desaparecidas sean la agresión, el abuso y la prepotencia, desterradas de nuestras ciudades, vueltas más amables y seguras, más femeninas. Para que algún 8 de marzo marchemos todas y todos, sin diferencias ni reclamos, a celebrar que nos volvimos mejores.


  • José Javier Gómez Álvarez
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.