Hay pocos conceptos del urbanismo global, tan mal entendidos en esta Guadalajara nuestra, como la llamada “redensificación urbana”. El término se refiere a las estrategias que implementan muchas ciudades del mundo para dar oportunidad, a más de sus ciudadanos, de vivir en zonas céntricas, mejores, más cercanas, bien comunicadas y dotadas de todos los servicios.
Una adecuada redensificación implica optimizar el uso del suelo e incrementar la densidad poblacional, logrando, a la vez, renovaciones atractivas que mejoran barrios y zonas urbanas. Conlleva calidad en la vivienda y buenas edificaciones. Es sustentada por una planeación acertada y una legislación que se cumple, donde la ciudad crece con armonía, las alturas de sus edificaciones ordenadas. Paris, tiene entre 4 y 6 pisos, Barcelona, de 6 a 8, y, los barrios neoyorquinos, algo más. Ni siquiera en la ciudad de los rascacielos los hay en todas partes, sino circunscritos en dos zonas (WorldTrade Center y Midtown).
Pareciera que, en Guadalajara, el tema se entiende como una mera verticalización indiscriminada. Con el pretexto de dotar de vivienda a los que la necesitan, se construyen torres masivas, algunas -o muchas-, poco atractivas, faltas de calidad arquitectónica, y, donde cada quien quiere. Con habitáculos mínimos, más bien, apostando a que, por necesidad y falta de presupuesto, la gente termine comprando lo que sea, además, a precios fuera de toda proporción.
En esta ciudad, puede haber un edificio de 15 niveles junto a casas de dos pisos. Sobran ejemplos de torres que fracturan los cimientos de las casas vecinas, o que miran, sin recato, a patios y jardines que no son suyos. Construcciones excedidas que requieren bloquear vías aledañas para poderse edificar. No respetan las servidumbres, ni la legislación vigente, y tampoco aportan valor a la ciudad. Negocios de pocos, a costa de la degradación del patrimonio colectivo de todos, que es la ciudad.
Si en nuestra ciudad va a haber una redensificación, que sea respetuosa con el entorno y con las comunidades vecinales. Que encauce incrementos de población mesurados y densidades razonables que puedan ser absorbidas, con armonía, en las zonas donde se asientan. Una redensificación que produzca viviendas adecuadas y edificaciones atractivas, mejorando los barrios y las colonias donde ocurra. Si se construyen torres, que sean amables con la ciudad, también las hay así, y,que se emplacen en las zonas designadas para ello, no donde sea. Tomemos lo bueno de los ejemplos globales, adaptándolos a lo que nos es propio.