Aclaro que esta columna la escribí antes del juego de Copa Mx, entre Santos Laguna y Rayados.
Uno de los motivos por el cual los entrenadores son aves de paso en los equipos es porque están sometidos al desgaste de la relación humana y laboral con un grupo de 28 a 35 personas, quienes tiene que acatar a sus decisiones acerca de quienes juegan o no, mantener el delgado hilo de la cordialidad en el día a día y poner en raya a aquellos que buscan armar la rebelión dentro del plantel de futbolistas.
A Guillermo Almada le pasan factura dos situaciones en su segundo torneo al frente de Santos Laguna: la eliminación ante Rayados en cuartos de final del torneo Apertura 2019, y por goleada, además de no haber corregido en tiempo y forma su endeble defensiva, desde la media de contención.
Infortunadamente para el técnico uruguayo, en un mismo torneo fue goleado por Tigres y Rayados, además de haber sido eliminado apenas en cuartos de final por La Pandilla, pero el principal punto de inflexión fue haber “castigado” especificamente a dos jugadores por haber cometido “horrores” en aquel juego en Guadalupe, Nuevo León.
Ya no se trata de que la afición o los medios de comunicación cuestionen sus decisiones, la pregunta es ¿sus futbolistas están convencidos de lo que está decidiendo?
Porque está claro que varios de los jugadores que él trajo a Santos Laguna no están respondiendo y para muestra lo que ha ocurrido con Félix Torres y Eryc Castillo.
¿Cómo toma un futbolista al que se le dio la titularidad que tenga más de tres meses sin jugar en el primer equipo, tras haber tenido un buen desempeño? Un habitual de la titularidad no se habrá preguntado: ¿porqué sólo yo?
Cuando ve que otros elementos del once inicial están cometiendo peores errores por los que fue enviado a la tribuna.
Almada es ahora un pasajero más en el barco como le sucedió a Salvador Reyes hace un año, o José Manuel de Torre hace dos, o Luis Zubeldía hace tres, depende del estado de gracia y de la disposición de sus futbolistas para rectificar con lo que se cuenta un torneo que empezó mal y que requiere de triunfos para componerse.
Todo esta en los pies de los jugadores de Santos Laguna para regresar a los triunfos que es lo que mantiene el estado de ánimo positivo en el fútbol.