La pandemia trajo consigo la necesidad de maximizar el uso de las tecnologías digitales, que la mayoría eran existentes, pero mucho menos aprovechadas, principalmente en el área laboral y educativa. Abriendo paso así, al inicio por necesidad y después por eficiencia, a la posibilidad de contar con esquemas laborales por teletrabajo en el que ya no es necesaria de manera presencial el empleado o del prestador de servicios en la oficina o lugar de trabajo.
Esto ha cambiado el paradigma, ya que antes el trabajo remoto tenía resistencias no solo de empleadores y demandantes de diversos servicios, sino del propio mercado laboral en su conjunto. Ahora son comunes las juntas virtuales con clientes, colegas, proveedores, consultores y en general con prestadores de servicios de todo tipo.
Dicha flexibilidad laboral a escala mundial gestó un nuevo grupo llamado nómadas digitales, que son personas que pueden realizar su trabajo vía remota, que laboran y deciden hacerlo en una zona diferente a su origen y al de su fuente de ingreso. Este fenómeno se está viviendo con habitantes de Ciudad de México que deciden radicar, al menos temporalmente, en ciudades como Cuernavaca o Mérida con la ventaja de encontrar vivienda y costo de vida más económicos. Mismo caso está sucediendo con extranjeros provenientes principalmente de Estados Unidos buscando establecerse en Ciudad de México.
Este nuevo fenómeno ha traído ventajas por hacer flexible y eficiente el trabajo, quitando los costos de transportación además de reducir la contaminación, el ruido y la saturación de vialidades. El exceso de demanda ha encarecido las rentas y propiedades en las colonias donde se han asentado foráneos que usan el teletrabajo, sobre todo (aunque no exclusivamente) las colonias Condesa y Roma.
Esto ha provocado malestar en inquilinos de dichas zonas que ven mermado su ingreso por el incremento de las rentas o inclusive desplazándolos a otra zona, generando en casos extremos reacciones desproporcionadas en carteles pegados en paredes, acalorados debates en redes sociales e inclusive una marcha el 17 de noviembre de 2022 en la capital en rechazo a un acuerdo entre el gobierno local y la empresa Airbnb.
Hablando en específico de la colonia Condesa, las personas afectadas por este nuevo fenómeno tienen niveles económicos medio-alto que encontraron en la colonia Condesa una zona agradable, con pintorescos parques como el España y México, además de variadas opciones de comida, bares, tiendas y mercados. Además de residir en una zona frecuentada por población relajada, liberal y diversa, integrada principalmente por adultos jóvenes.
Dichas cualidades de la zona han hecho que cada vez más extranjeros con poder adquisitivo, aprovechando el teletrabajo, estén eligiendo residir ahí, elevando considerablemente los precios de las rentas y de las viviendas al punto de desplazar a previos inquilinos a otras zonas. Es notable el disgusto de inquilinos de la Condesa, que sienten afectados por extranjeros con mayor poder adquisitivo claramente beneficiados por la paridad de poder de compra de su moneda, encarezcan las rentas y sientan afectados su nivel de vida.
Por otro lado, no considero que se trate de una gentrificación con todas las connotaciones negativas, pues la colonia Condesa siempre ha sido una zona de alto valor y el fenómeno actual no está desplazando a sectores obreros, populares o clase media baja. Lo cierto es que dicha zona siempre ha tendido a aumentar su valor y en el presente se ha acelerado precipitadamente por la coyuntura de los nómadas digitales.
Benefician la derrama económica, la multiculturalidad, la innovación y un sello de confianza hacia México, pero las autoridades deben ser vigilantes del correcto uso de suelo, del estricto cumplimiento de las normas por parte de las inmobiliarias y evitar la sobreexplotación demográfica que puede traer problemas de carestía de servicios básicos.
También hay que adaptar la legislación a esta nueva realidad, como la propuesta presentada el año pasado por la diputada federal Ivonne Díaz Tejeda, que busca incorporar en la Ley de Migración la visa de visitante de trabajador remoto, que facilitaría y haría más competitivo el esquema de visados además de tener más control para el diseño de nuevas políticas públicas.
La convivencia debe prevalecer, deben eliminarse fenómenos de intolerancia, debemos entender que es producto de las flexibilidades laborales, siendo una realidad a escala global. Se debe respetar y aprovechar el nuevo fenómeno de los nómadas digitales, que es un nicho que genera derrama económica y se integran a fortalecer una moderna, vibrante y liberal colonia Condesa.
*Maestro en políticas públicas.