Las palabras “consumatum est”, en latín, o “tetelestai”, en griego, que quieren decir “consumado está” hacen en principio referencia al hecho de cuando alguna misión o tarea se ha concluido. Pero ha pasado a la historia dicha frase por las últimas palabras que Jesús pronunció estando en la cruz y previo a morir. Y han quedado en los evangelios de Juan, Mateo, Lucas y Marco como su última expresión pronunciada antes de morir. Pueden entenderse distintas cosas: como acabar una misión, o consumar la redención del género humano. Igualmente, yo la entiendo como la resignación frente a un hecho o una circunstancia donde no se puede hacer más. Y Jesús, entonces, la expresó en el sentido de resignación.
La frase se puede aplicar a lo que acaba de suceder con la aprobación de la reforma judicial: “consumatum est” o consumada está, en español. Muchos ríos de tinta han corrido y muchas cosas se han dicho sobre la actuación pasada y presente del poder judicial federal.
Con la polarización de las fuerzas en pugna que contendieron en la elección del 02 de junio del presente año: Morena y sus aliados (PVEM y PT) frente a la coalición conformada por PAN, PRI y PRD, con Movimiento Ciudadano a las caiditas queriendo ser la bisagra del Legislativo federal, y ya se dijo en alguna columna anterior que la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador fue establecer una serie de estrategias que pasaban por reformas legales –plan A, y plan B- hasta llegar al plan C –reforma constitucional- para que los electores votaran para lograr la mayoría en senadores y diputados. Al parecer se estará sancionando y publicando en el Diario Oficial de la Federación, según han dicho, hoy 15 de septiembre.
Y como parte de mi análisis quiero expresar tres puntos:
1.- Ha sido motivo de la discusión dilucidar si al haber logrado el triunfo, como abrumadoramente se logró, en las elecciones implicaba el mandato claro de los votantes a favor de la serie de propuestas de reforma constitucional hecha por el presidente, de las cuales la judicial, y la desaparición de órganos constitucionales autónomas son las más trascendentes. Unos dicen que no, y otros que sí, ya sabemos. Pero lo cierto es que la integración de las cámaras federales permitió al bloque oficialista lograr la reforma constitucional, excepto por el destacado caso del senador del PAN Miguel Ángel Yunes Márquez, que permitió con su voto a favor la mayoría calificada en el senado. Lo que trataremos en el punto 3.
2.- La actuación de jueces de distrito, magistrados y la presidenta de la Suprema Corte de Justicia Norma Piña, primero con un paro de labores, luego una contrapropuesta, queriendo de último minuto cambiar el curso de las cosas, y al final suspensiones provisionales y/o definitivas en amparos que pretenden detener el proceso de reforma constitucional. Es evidente que cualquier constitucionalista serio, tiene claro que no tenían fundamento ni motivo para esto último. Era lógico, y más con las dilaciones que implica notificar formalmente a ambas cámaras, que no iban a poder parar una maquinaria ya echada a andar.
3.- La conducta de los Yunes, padre e hijo, panistas veracruzanos, que se acercaron a los círculos de poder morenistas, sabiendo que podían obtener cuantiosas y numerosas ventajas a cambio de consumar la traición, para ceder el apetitoso voto que faltaba para lograr la mayoría calificada. Es claro que Morena lleva aquí un costo político por obtener un voto con el pragmatismo que en su momento le fue criticado al PRI y al PAN. Pero los Miguel Ángel Yunes que consumaron la traición, pasaran a engrosar las filas de numerosos traidores que en México han marcado la historia nacional, y a lo mejor en hechos más graves: La Malinche a los aztecas, Ignacio Elizondo a Miguel Hidalgo y los otros insurgentes; Antonio López de Santa Ana a Agustín de Iturbide; Anastasio Bustamante a Vicente Guerrero; Miguel López a Maximiliano de Habsburgo, Victoriano Huerta a Francisco I Madero, Jesús Guajardo a Emiliano Zapata, etc. etc. etc. Habiendo muchos casos más que son recordados en la historia patria precisamente por esta debilidad humana: traicionar. Morena saca ventaja de lo que el presidente siempre criticó: la deslealtad.
Bosque de Luz ampliado: por último, no quiero dejar de comentar el voto en contra de la reforma constitucional al poder judicial federal que hizo la Legislatura de Jalisco. La mayoría emecista leal al gobernador Enrique Alfaro logró que ese estado de la unión la rechazara. Resultado hasta el viernes 13 de septiembre de 2024: veintitrés legislaturas la aprobaron, y solo una la rechazó: Jalisco. Mi lectura es que Movimiento Ciudadano en la entidad está sonando tambores por si se repiten dos importantes elecciones impugnadas por Morena: la estatal y la de la capital Guadalajara. Así, en un futuro nuevo proceso electoral podrán decirle al votante jalisciense: “Fuimos el estado que la rechazó para efectos de su validez. Somos una legislatura emecista que contrasta al morenismo. Vuelve a votar otra vez por nosotros”. El miedo no anda en burro.