Milenio logo

Y no fuimos como Dinamarca II

Ciudad de México /

En relación con mi columna de la semana pasada, recibí comentarios valiosos de quienes que por ser mis amigos amablemente me leen cada semana, y de otras personas a las que el tema les interesó. Percibo que en algunos casos duele y en otros enoja por las diversas aristas que los hechos y su análisis conlleva, dada la sensibilidad que los temas prioritarios en la atención de la salud y sus altos riesgos sobre la vida de las personas tienen. Trataré aquí de compartir algunos de tales comentarios y opiniones que pueden aportar más luz al punto tratado.

Una persona me comenta que este es uno de los temas que “más lastiman a los mexicanos, una asignatura pendiente y urgente”, y le parece “que el IMSS y el ISSSTE están colapsados”.

Otra señala que “sin duda es de los más importantes en toda sociedad, la salud pública debería ser un tema primordial, pero parece que no es así”. Una más manifiesta que ser como Dinamarca “no fue una apuesta aventurada, fue una enorme irresponsabilidad” de quien lo dijo.

Pero vean lo que este lector me dice, recordando la impotencia en que se vio inmerso, cuando su esposa no recibió la atención adecuada que esperaba en un hospital del IMSS, ya hace algún tiempo: “Coincido en que los excesos y deplorables actos administrativos de los primeros treinta y cinco años del IMSS, resquebrajaron el estudio actuarial, que de haberse respetado, le hubieran dado la consistencia para operar con éxito, pero eso es tema del pasado, pienso que estar volteando al pasado solo sirve para excusa, pero todo eso ya era del conocimiento público”, y continua en otra parte de su reflexión diciendo que “todos los apoyos públicos que reciben las personas no alcanzarían para el día que requieran de atención médica, y no les va a ajustar ni para el arranque”; además de que “nunca se debió amalgamar al IMSS con los programas de salud pública de los no asegurados del mismo, porque su esencia y subsistencia deriva de aportaciones de los trabajadores y de los patrones”.

De la misma manera otra persona amablemente me envío estos puntos de vista: “Nunca antes se sentaron las bases para constituir un estado de bienestar como ahora. Fue tan importante, que la discusión y debate electoral se fundó en el estado de bienestar tanto para el partido gobernante como para la oposición”. Y continúa diciendo que la comparativa de López Obrador con Dinamarca “fue grandilocuente”.

Una persona más manifiesta que no se deben quitar “culpas evidentes de malas decisiones de AMLO para crear el desastre en salud” y otra dice que “puras justificaciones. Y como siempre culpando al pasado”.

Por donde se vea, el tema es complejo en función de las formas de pensar y circunstancias de cada quién. Pero lo que sí es cierto es que frente a tantos contextos difíciles y angustiosos donde los seres humanos y sus familias viven problemas de salud que laceran y los hacen sufrir, tener una opción es ya una ventaja frente a no tenerla. Y exigir al máximo que el gobierno siga mejorándola, es una buena manera de procurar para todos el anhelado Estado de bienestar.

Frente a este panorama, “ánimo y más ánimo” me recomienda otro amigo lector; y claro que lo necesitamos y debemos de tenerlo, porque los tiempos que nos han tocado vivir no han sido fáciles; y no fuimos, no somos y no seremos como Dinamarca.

Somos México, un país sumido en la violencia, y el latrocinio, con un sistema de salud pública con muchas oportunidades de mejora, con una desigualdad económica enorme, donde los grandes capitales y mega-ricos de los países más ricos del mundo, ya quisieran -en ese sólo aspecto- ser como México: fortunas creadas en unos cuántos años al amparo del poder, con grandes prebendas fiscales, con monopolios encubiertos y mayorías desprotegidas. Ahí si le ganamos a Dinamarca. Aunque en el tema de salud pública nos quedaremos sin alcanzarla. Esperemos que no pase mucho el tiempo.

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.