El 5 de febrero de 2002, la policía de Port Coquitlam, Columbia Británica, Canadá, ingresó en la propiedad del granjero Robert Pickton a causa de algunas irregularidades en torno al uso y propiedad de armas de fuego. Asimismo, las autoridades investigaban la desaparición de mujeres en la zona. Pickton figuraba entre los sospechosos.
En primera instancia, el hombre quedó absuelto bajo supervisión policial. Diecisiete días después, el 22 de febrero, la policía arrestó a Pickton, ya no por posesión ilegal de armas, sino como presunto asesino de dos mujeres.
Fue el inicio de una investigación que en unos cuantos meses rebasó los 70 millones de dólares a causa, sobre todo, de las toneladas de tierra removidas en la propiedad del granjero.
El 26 de mayo de 2005, la policía informó que el individuo estaba acusado de cometer 27 asesinatos que, de haberse comprobado, lo hubieran convertido en el peor asesino en serie de la historia criminal canadiense.
Cabe destacar que las investigaciones forenses fueron complicadas, primero por determinar las causas concretas del fallecimiento de cada una de las víctimas halladas en la granja, y porque en algunos casos la policía recabó solo huesos de los cadáveres, pues muchos sirvieron de comida para los cerdos.
Al parecer, Pickton jamás vendió la carne de sus animales en los comercios de la localidad, aunque es un hecho que varios de sus amigos comieron carne humana.
Finalmente, el 11 de diciembre de 2007 un jurado lo encontró culpable de seis asesinatos en segundo grado, por lo que fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de obtener la libertad condicional hasta cumplir 25 años de sentencia.
Pickton guardó celosamente muchos de sus secretos, entre ellos cuántas personas sirvieron de comida para los cerdos y en qué lugares
colocó esos cortes de carne.
El 19 de mayo pasado,
el asesino, de 74 años, fue agredido en la cárcel de Port-Cartier por otro prisionero. Hasta el momento se desconoce el motivo del ataque. A pesar de que Pickton fue llevado de inmediato al hospital, las lesiones producidas en su cabeza por un palo roto de escoba le provocaron la muerte el 31 de mayo.