Imagínese que un fin de semana acude con su pareja y sus hijos a un museo donde exhiben piezas muy antiguas sin ningún tipo de protección. De repente, mientras camina por uno de los pasillos escucha un sonido extraño, y descubre que es el sonido de un objeto de cerámica que se ha hecho pedazos. A un lado, en la etiqueta del museo se puede leer que se trata de una vasija de cerámica de la edad de bronce con una antigüedad de 3,500 años de antigüedad. Cuando piensa que ha pasado lo peor, descubre que el autor material de ese accidente ha sido su hijo de cuatro años.
Esto que parece una verdadera pesadilla le sucedió hace unos meses a una familia en el famoso museo de Hecht, situado en Haifa, al norte de Israel. El impacto emocional afectó tanto al padre de familia obligó a los encargados de la galería a no revelar el nombre del niño. Aunque como es de esperarse la noticia se dio a conocer en todo el mundo debido a que dicho jarrón había sido encontrado intacto. Según los expertos en arqueología su uso pudo ser utilizado para almacenar vino o aceite de oliva.
Curiosamente este objeto es anterior a las épocas del Rey David y el Rey Salomón. Por sus características pudo haber sido elaborado en la región de Canaán. Es decir, en la costa Oriental del Mediterráneo. Si empleamos otra vez la imaginación podemos preguntarnos cuántos viajes debió haber recorrido en esas tierras, y quién o quiénes fueron sus dueños para protegerlo de forma tan eficiente que logró conservarse miles de años.
Quizás nunca lo sabremos, pero sí podemos cuestionarnos su valor económico. En este aspecto es probable que quienes se dedican al tráfico de tesoros arqueológicos lo sabrán, pero por su importancia histórica debe ser invaluable, no puede tener un precio fijo. Forma parte del patrimonio para la humanidad.
Los administradores del Hecht han informado que el jarrón pronto será restaurado, también negaron cargos contra la familia, e incluso los han invitado a que regresen con el pequeño infractor. Sin embargo, esto nunca ocurrirá, pues con la experiencia traumática tendrán presente esa advertencia que dice: cuide a sus niños.