El fenómeno migratorio de la Mariposa Monarca es quizá el más sorprendente en su tipo en el planeta. Diversas agencias gubernamentales, organizaciones conservacionistas y personas de todo el mundo han mostrado preocupación por la conservación de este singular fenómeno en el que cada otoño millones de mariposas llegan desde el Canadá a los bosques de Michoacán y Estado de México para pasar ahí el invierno.
Gracias a su tenacidad, al trabajo de varios años y al apoyo de colaboradores, los entomólogos canadienses Fred y Nora Urquhart descubrieron en 1975 el lugar donde descansaban las colonias de mariposa monarca en los bosques entre Michoacán y el Estado de México.
Después de que varios notables mexicanos promovieron se decretara área de reserva un polígono que protegía dicho sitios, se decretó en el año 2000 la creación de la reserva de la Biosfera Mariposa Monarca. Desde 1993, se realizan estudios para determinar la cantidad de hectáreas de bosque con árboles cubiertos por racimos de mariposas que llegan al lugar para pasar el invierno.
Esa superficie ha variado considerablemente en los 27 años de medición, teniendo su cúspide en 1997 con un poco más de 18 hectáreas y un valor promedio de 5.5 hectáreas por año.
Esa superficie hizo crisis en 2014, ocasión en la que la superficie fue de solo 0.67 hectáreas; es decir, poniéndolo en términos coloquiales, un poco más de media manzana de bosque con colonias de monarca.
Hace unos días WWF y la CONANP anunciaron los resultados de la medición de este invierno, en el que afortunadamente se encontró que la superficie ocupada con colonias fue de 6.05 hectáreas, un incremento notable con respecto a las 2.48 hectáreas del año anterior. Tan sólo el santuario del ejido El Rosario, en Ocampo, Michoacán, cuenta con 2.46 hectáreas este año, casi iguala la cifra total del invierno anterior.
Hay programas en los sitios santuarios protegiendo el bosque; existe una red de científicos ciudadanos con aplicaciones de teléfono para documentar el paso de las mariposas, entre otras muchas iniciativas.
Aunque podamos asegurar que esos esfuerzos sean los causantes directos del incremento en el número de las migrantes, en un fenómeno muy complejo y lleno de variables, las noticias son halagüeñas y nos llenan de entusiasmo para seguir protegiendo a las monarca y a los polinizadores.
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