La Fórmula Uno y su exitosa telenovela de choferes

  • A morir a los desiertos
  • José Manuel Vázquez Navarro

Laguna /

Por alguna causa extraña, desde niño me enamoré de las carreras de autos; aun sin internet, ni teléfono celular conocí las glorias del gran Niki Lauda, quien después de un accidente con fuego dentro de su Ferrari en 1976 que le hizo perder una oreja, tener quemaduras de primero y tercer grado y daños en los pulmones, tuvo un espectacular regreso 5 semanas después del accidente y con el rostro desfigurado volvió a correr otra vez.

Recuerdo que llevaba a la escuela un morral de mezclilla al que le pegué unos parches plásticos de las escuderías que salían en las bolsas de ciertas papas fritas. 

Eran otros tiempos, los pilotos dependían más de su talento y pericia que de la tecnología, no había telemetría, ni radiocomunicación entre los pilotos y sus equipos; la comunicación se hacía mediante mensajes en pizarras a un lado del circuito y no había tantos sensores en las partes vitales del coche.

En los últimos años, el hecho de que desde 2016 se permite radiocomunicación entre equipo y pilotos durante las carreras y que ésta sea transmitida en televisión, aunado a un acuerdo entre la Fórmula 1 y Netflix para crear una especie de “reality show” que hurga entre los problemas de los pilotos y los jefes de las escuderías y muestra un seguimiento a dichos actores en la pista misma y hasta en sus hogares, los ha expuesto al mostrar tramposamente segmentos del conflicto humano que resulta de la competencia entre los pilotos y entre los equipos, en un escenario despiadado en el que danzan miles de millones de euros.

Alguna vez leí que esta serie televisiva llamada “F1 drive to survive”, parece más “telenovela de choferes” que documental. 

De hecho, algunos pilotos y escuderías se han quejado por el exagerado dramatismo y la parcialidad con que se maneja la información.

Tanto drama en medios electrónicos ha traído nuevos tiempos para la Formula 1, en 2021 el incremento de sus seguidores en redes sociales fue de un 40%, alcanzando los 49,1 millones. 

Lo más interesante, es el segmento de esos nuevos adeptos, son jóvenes de entre 18 y 24 años. 

Los incrementos en audiencia son enormes, en 2021 se tuvieron 70.3 millones de espectadores por cada carrera, con un anual acumulado de 1,550 millones de espectadores por lo que el tránsito de nuevos patrocinadores que quieren contagiar sus productos de la popularidad de la fórmula uno también ha aumentado.

Nuestro país, alentado con los grandes logros de nuestro compatriota Checo Pérez coequipero del campeón actual Max Verstappen en la escudería Red Bull, no se ha quedado atrás. 

Vivimos el drama y entraremos de lleno a ello con el Gran Premio de México el 30 de octubre de este año. 

Ojalá tengamos menos morbo y menos drama en el seguimiento de la competencia y vivamos mayores emociones y disfrutemos de las grandes hazañas que nos brinda esta competencia.

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